Tres años se pasan volando. Y es por eso que pareciera que fue ayer que
escribí el último comentario de cine o música en este blog que tenía
totalmente abandonado y como tampoco nunca es tarde para nada, decidí volver a
las pistas comentando este álbum que leva un par de semanas dando vueltas en mi
teléfono, acompañándome de ida o de regreso a casa. Se trata de un proyecto polaco
llamado Pinkroom que, si bien está
cargado de influencias, de todas maneras debiera muy bien para cualquier asiduo
del rock.
La banda es un proyecto que nace de las heterodoxas mentes del batero Marcin
Kledzik y del multiinstrumentista Mariusz Boniecki quienes hace unos años,
cuando era unos pendejos de secundaria, fundaron el grupo Empty Room, para dar rienda suelta a sus intereses musicales. Años
después volvieron a encontrarse y se dieron cuenta que el bichito de la música
todavía los tenía envenenados, así es que decidieron fundar un nuevo proyecto
que fue el que parió el que hasta ahora, es su único disco, temerariamente
titulado Psychosolstice, allá en el
año 2009.
Por ahí,
hay algunos que han encasillado a este dúo polaco bajo el rótulo del art rock;
yo, más bien me quedo con ese sabor crimsoniano que recorre la mayor parte de
sus temas, aunque a diferencia de otras bandas que han adherido a la fe de Mr. Robert
Fripp, estos chicos se colgaron del King
Crimson ochentero, además de involucrar sonidos y pasajes que
innegablemente nos inducen a la gala variada de atmósferas que marcan los
discos de Porcupine Tree. Con estos
dos antecedentes, ya hay material suficiente para hacerse una idea de los fantásticos
pasajes de superficial quietud que rompen en éxtasis musicales potentes y hasta
pesados, donde prevalecen complejos pasajes en guitarra, sumados a secciones
instrumentales difíciles de desentrañar, momentos volátiles y momentos sinfónicos
que hasta nos llevan a zonas que colindan con el metal, especialmente relacionadas
con Dream Theater y sus coterráneos
de Riverside.
Pero más
allá de las comparaciones, que quizás sólo sirvan para dar cierta idea de lo
que ustedes encontrarán en la plaza, lo cierto es que el disco tiene un sabor
bastante singular y aunque hay temas en donde las mencionadas influencias se
hacen notorias, la verdad es que aún así, cada pieza es una joya por si sola,
partiendo por Path of the Dying Truth,
Buried Hopes, Curse y Days Will Should Not
Be, los más eclécticos del disco, mientras que por otra parte, aparece la crimsoniana
suite formada por las dos partes de Moondroom
(una de ellas aparece como bonus en la edición especial del disco) para dejar
en otra categoría, piezas como Stonegarden,
Quietus, Zam y Recognized, quizás
las más personales del grupo que para concretar este magnífico disco, se hizo
acompañar de varios amiguitos igual de buenos para tocar y pelar l cable en
esta misma, extraña y apasionante sintonía.
Nada mal pata un disco debut que encanta y hasta por momentos, hipnotiza
por lo que uno de verdad espera que no sea el último...
La
música
1. Path Of Dying Truth (7:20)
2. Buried Hopes (3:54)
3. Dispersion (5:24)
4. Quietus (5:30)
5. Zam (6:26)
6. Curse (7:42)
7. Moodroom v.2 (4:37)
8. Stonegarden (6:46)
9. Days Which Should Not Be (6:25)
10. Recognized (2:40)
11. Moondroom v.1 (Bonus track) (6:01)
2. Buried Hopes (3:54)
3. Dispersion (5:24)
4. Quietus (5:30)
5. Zam (6:26)
6. Curse (7:42)
7. Moodroom v.2 (4:37)
8. Stonegarden (6:46)
9. Days Which Should Not Be (6:25)
10. Recognized (2:40)
11. Moondroom v.1 (Bonus track) (6:01)
Los músicos
- Mariusz Boniecki
/ voz, guitarra, teclados y samples
- Marcin Kledzik / batetría y percusión
+
- Kacper Ostrowski / bajo
- Mikolaj Zielinski / voz (1)
- Anna Szczygiel / cello (7,9)
- Maciej Feddek / guitarra (9)
- Marcin Kledzik / batetría y percusión
+
- Kacper Ostrowski / bajo
- Mikolaj Zielinski / voz (1)
- Anna Szczygiel / cello (7,9)
- Maciej Feddek / guitarra (9)
Info del disco
CD Creative Farm (2009 POL)
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