25 años de balas, drogas y mal genio…
No son muchas las películas que tienen su celebración de aniversario, con ediciones especiales, fiestas, presentación festival en TV cerrada, notas de prensa y otras tantas minucias que conmemoran el estreno de uno de esos escasos filmes que marcan época, que se convierten en cine de culto, que se impregnan en retina y cerebro de los fanáticos; esas raras obras que por diversas razones merecen un espacio que las festeje, que recuerde su grandeza, sus secuencias eternas, sus actuaciones memorables… en fin, son excepciones, la mayor parte de ellas, provenientes de Hollywood. Era que no, si los gringos también aprovechan de mercadear con estas celebraciones y ponen a estos filmes en vitrina con ediciones remasterizadas, escenas nunca vistas, cortes del director, juegos de video, venta de tazones, poleras, cucharas, encendedores, loncheras, muñecos… lo que sea con tal de aprovecharse de las circunstancias y del fanatismo de los cinéfilos fundamentalistas.
Caracortada es una de esas escasas obras. Este mes celebra 25 años de su estreno y no han sido pocos los medios que han recordado, por una parte, la conflictiva imagen del matón y traficante cubano Tony Montana (Al Pacino), imagen aún vigente del nuevo mafioso pero que le cae en gracia al público a pesar de las brutalidades que comete para obtener sus nefastos objetivos. Y es en base a esto mismo que también se recuerda la soberbia actuación de Al Pacino, el icónico actor ítalo americano que se metió a estudiar teatro con Lee Strasberg para combatir la depresión. También se le recuerda por el impresionante tiroteo final y las famosas frases “say hello to my little friend” y “the world is yours” para representar en cuatro sencillas palabras las ansias de poder de Montana, y por la descarada utilización de la palabra “fuck” (y casi todas sus acepciones) más de doscientas veces en la cinta. Es decir, la depreciada “F word” es mencionada en promedio, más de una vez por minuto.
El auge y caída de Tony Montana en la pantalla grande sirvió y aún sirve para criticar la violencia excesiva en el cine. Es parte fundamental de la historia del celuloide y es uno de los platos obligados para cualquier fan de las películas de acción, de mafia, de las grandes actuaciones, de los momentos más épicos del Séptimo Arte. Si, de acuerdo, deja a los inmigrantes cubanos como chaleco de mono, la policía apenas forma parte de este mundo y es bastante corrupta; muchos personajes son infantiles caricaturas y no siempre la banda sonora acompaña bien la cinta. Pero qué importa si en el guión tienes a Oliver Stone haciendo sus primeras armas luego de Expreso de Medianoche, si como director está De Palma que, diablos, sabe jugar con los tiempos y el suspenso como pocos. Qué importan las críticas cartuchas y los pequeños detalles si casi no sientes las tres horas que dura la cinta, entre balazos, kilos de droga (notable la escena de Montana con la cara hundida en un cerro de coca), traiciones, celos, venganza… todos los ingredientes que bien manejados, pueden convertir una mierda de cinta en una obra maestra. Sí, porque en Caracortada nada es gratuito, cada splat, cada garabato, cada diálogo encaja de manera casi perfecta en el ascenso, decadencia y muerte de uno de los mafiosos inmortales de la historia del cine, eso sin contar con que por primera vez, se mostró a gran escala el submundo de las drogas manejadas por latinos, dejando de la lado la ya desteñida y de capa caída mafia ítalo americana…
No hay que olvidar que este Scarface se basó en la obra del mismo nombre realizada por Howard Hawks en 1932, otra obra maestra, protagonizada por Paul Muni en el rol del mafioso Tony Camonte, cinta también criticada por su violencia y por desprestigiar a los “honestos” hombres de negocios que llegaban en esa época, desde la vieja bota a Estados Unidos. Y aunque podríamos extender los paralelos entre ambas cintas, lo cierto es que Stone y De Palma se la jugaron por hacer una obra fresca, adaptada a los nuevos y violentos tiempos que los gringos vivían a comienzos de los 80, algo así como un Miami Vice pero mucho más cruel y hasta realista, sin desmerecer la serie de aquel geniecillo que es Michael Mann, pero hay que reconocer la desfachatez de De Palma y Stone para lazar en aquella época bastante conservadora (y con muchas trabas de por medio) una película del calibre de Caracortada, que bien merecida se tiene un celebración de bodas de plata a un cuarto de siglo de su estreno. Una peli imperdible por donde se le mire y muy necesaria para comprender y explicar la historia del Séptimo Arte. Nos guste o no…
LA PELICULA
Caracortada
(Scarface)
1983
170 minutos
Dirigió Brian De Palma
Escribió Oliver Stone
Produjeron Martin Bergman, Peter Saphier y Louis A. Stroller
Editaron Gerald B. Greenberg y David Ray
Música de Giorgio Moroder
Fotografía de John A. Alonzo
Actuaron Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Robert Loggia, Mary Elizabeth Mastrantonio, Steven Bauer, F. Murray Abraham, Paul Shenar, Harris Yulin, Ángel Salazar, varios ítalo-gringos tratando de pasar por latino y uno que otro latino de verdad…
No son muchas las películas que tienen su celebración de aniversario, con ediciones especiales, fiestas, presentación festival en TV cerrada, notas de prensa y otras tantas minucias que conmemoran el estreno de uno de esos escasos filmes que marcan época, que se convierten en cine de culto, que se impregnan en retina y cerebro de los fanáticos; esas raras obras que por diversas razones merecen un espacio que las festeje, que recuerde su grandeza, sus secuencias eternas, sus actuaciones memorables… en fin, son excepciones, la mayor parte de ellas, provenientes de Hollywood. Era que no, si los gringos también aprovechan de mercadear con estas celebraciones y ponen a estos filmes en vitrina con ediciones remasterizadas, escenas nunca vistas, cortes del director, juegos de video, venta de tazones, poleras, cucharas, encendedores, loncheras, muñecos… lo que sea con tal de aprovecharse de las circunstancias y del fanatismo de los cinéfilos fundamentalistas.
Caracortada es una de esas escasas obras. Este mes celebra 25 años de su estreno y no han sido pocos los medios que han recordado, por una parte, la conflictiva imagen del matón y traficante cubano Tony Montana (Al Pacino), imagen aún vigente del nuevo mafioso pero que le cae en gracia al público a pesar de las brutalidades que comete para obtener sus nefastos objetivos. Y es en base a esto mismo que también se recuerda la soberbia actuación de Al Pacino, el icónico actor ítalo americano que se metió a estudiar teatro con Lee Strasberg para combatir la depresión. También se le recuerda por el impresionante tiroteo final y las famosas frases “say hello to my little friend” y “the world is yours” para representar en cuatro sencillas palabras las ansias de poder de Montana, y por la descarada utilización de la palabra “fuck” (y casi todas sus acepciones) más de doscientas veces en la cinta. Es decir, la depreciada “F word” es mencionada en promedio, más de una vez por minuto.
El auge y caída de Tony Montana en la pantalla grande sirvió y aún sirve para criticar la violencia excesiva en el cine. Es parte fundamental de la historia del celuloide y es uno de los platos obligados para cualquier fan de las películas de acción, de mafia, de las grandes actuaciones, de los momentos más épicos del Séptimo Arte. Si, de acuerdo, deja a los inmigrantes cubanos como chaleco de mono, la policía apenas forma parte de este mundo y es bastante corrupta; muchos personajes son infantiles caricaturas y no siempre la banda sonora acompaña bien la cinta. Pero qué importa si en el guión tienes a Oliver Stone haciendo sus primeras armas luego de Expreso de Medianoche, si como director está De Palma que, diablos, sabe jugar con los tiempos y el suspenso como pocos. Qué importan las críticas cartuchas y los pequeños detalles si casi no sientes las tres horas que dura la cinta, entre balazos, kilos de droga (notable la escena de Montana con la cara hundida en un cerro de coca), traiciones, celos, venganza… todos los ingredientes que bien manejados, pueden convertir una mierda de cinta en una obra maestra. Sí, porque en Caracortada nada es gratuito, cada splat, cada garabato, cada diálogo encaja de manera casi perfecta en el ascenso, decadencia y muerte de uno de los mafiosos inmortales de la historia del cine, eso sin contar con que por primera vez, se mostró a gran escala el submundo de las drogas manejadas por latinos, dejando de la lado la ya desteñida y de capa caída mafia ítalo americana…
No hay que olvidar que este Scarface se basó en la obra del mismo nombre realizada por Howard Hawks en 1932, otra obra maestra, protagonizada por Paul Muni en el rol del mafioso Tony Camonte, cinta también criticada por su violencia y por desprestigiar a los “honestos” hombres de negocios que llegaban en esa época, desde la vieja bota a Estados Unidos. Y aunque podríamos extender los paralelos entre ambas cintas, lo cierto es que Stone y De Palma se la jugaron por hacer una obra fresca, adaptada a los nuevos y violentos tiempos que los gringos vivían a comienzos de los 80, algo así como un Miami Vice pero mucho más cruel y hasta realista, sin desmerecer la serie de aquel geniecillo que es Michael Mann, pero hay que reconocer la desfachatez de De Palma y Stone para lazar en aquella época bastante conservadora (y con muchas trabas de por medio) una película del calibre de Caracortada, que bien merecida se tiene un celebración de bodas de plata a un cuarto de siglo de su estreno. Una peli imperdible por donde se le mire y muy necesaria para comprender y explicar la historia del Séptimo Arte. Nos guste o no…
LA PELICULA
Caracortada
(Scarface)
1983
170 minutos
Dirigió Brian De Palma
Escribió Oliver Stone
Produjeron Martin Bergman, Peter Saphier y Louis A. Stroller
Editaron Gerald B. Greenberg y David Ray
Música de Giorgio Moroder
Fotografía de John A. Alonzo
Actuaron Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Robert Loggia, Mary Elizabeth Mastrantonio, Steven Bauer, F. Murray Abraham, Paul Shenar, Harris Yulin, Ángel Salazar, varios ítalo-gringos tratando de pasar por latino y uno que otro latino de verdad…
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