11.17.2008

Ceguera (2008)… En tierra de ciegos, el tuerto no siempre es el rey…


Un tipo de rasgos orientales se queda ciego en medio del tráfico. Así, sin más, de un momento a otro. Otro tipo se ofrece a ayudarlo, lo deja en su departamento, pero le roba el auto. Ela esposa del japonés lo lleva al oftalmólogo. El ladrón se queda ciego también. Así, sin más, de un momento a otro. De pronto, todo el mundo comienza a quedarse ciego, hasta el oftalmólogo. El gobierno decide encerrar a todos quienes sufren la enfermedad por considerarla contagiosa. La esposa del oftalmólogo, que no se ha quedado ciega, finge estarlo para acompañar a su marido, suponiendo que se trata de algo temporal. Arriban a una especie de sanatorio abandonado. Ellos y un montón de gente más que de pronto, ve todo blanco, como cegados de una vez y para siempre por un rayo.

Con esta premisa sencilla, basada en la brillante novela Ensayo sobre la Ceguera del portugués José Saramago, el guionista canadiense Don McKellar (que nos ha sorprendido con varias películas, entre ellas la notable El Violín Rojo) y el director brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios), apabullan con una notable cinta acerca del débil equilibrio de la condición humana. La ceguera repentina no es si no la excusa utilizada por McKellar y Meirelles, así como también lo hizo Saramago, para escarbar brutalmente en lo peor del ser humano y explorar la voluntad de lucha inherente a cada uno de nosotros, sin contar con un frío, a veces detestable, pero develador análisis de la locura, la frustración y la paranoia que genera la falta de uno de nuestros más preciados sentidos.

Con un solvente elenco multinacional, encabezado por Julianne Moore, Mark Ruffalo y Gael García Bernal, la película (filmada en Sao Paulo y Montevideo) destaca también por una fotografía soberbia, que juega concientemente con planos desenfocados y expuestos para dar la sensación al espectador de sufrir por momentos, el mismo mal de los desesperados protagonistas que pugnan por superar no sólo la carencia de visión, si no que un encierro obligatorio que lentamente los conduce a enfrentarse a sus miedos y a la bestialidad ancestral escondida en sus almas. A través de secuencias que ahondan a cada minuto en la degradación de los protagonistas y de su entorno, nos dejamos guiar por el personaje de Julianne Moore que, a modo de ángel accidental, se convierte lentamente en una especie de líder que, sin embargo, se siente aún más ciega que quienes la rodean al ser la única persona que no ha perdido la vista, debiendo tomar decisiones y realizar acciones que van en contra de su naturaleza, pero que la ayudarán a sobrevivir en medio del caos salvaje que se ha desatado a su alrededor.

Si bien, hay ciertas debilidades en algunos momentos, la película se sostiene bastante bien en torno al sólido guión de McKellar y las actuaciones de sus protagonistas, y también de los secundarios, todos capaces de traspasar la angustia de tan anormal situación que los convierte, primero, en seres desvalidos y luego, casi en animales capaces de hacer cualquier cosa con tal de mantener la vida, sin importar en muchas ocasiones la dignidad ni el orgullo.

En suma, un film digno, recomendable, asfixiante y apocalíptico sin extraterrestres ni guerras a escala mundial, si no que simplemente enfrentando al ser humano con sus propios miedos. Ojo con las notables recreaciones de este mundo ciego y destruido realizadas en Sao Paulo y Montevideo. Realmente notables y apetitosas, perfectas para una película que da pocos respiros y que nos sume en constantes preguntas acerca de nuestra propia condición pues, dada la misma situación en la vida real, ¿cómo reaccionaremos? ¿Seremos capaces de abrazarnos a nuestra rara vez bien ponderada humanidad o nos dejaremos llevar por nuestras bajezas?... Por lo menos, son algunas de las observaciones que Ceguera deja abiertas en el espectador.

Si bien hay algunas referencias o similitudes con 28 Días Después o El Señor de las Moscas (inevitables por lo demás), la película se sostiene por si misma creando un nuevo y oscuro mundo en donde el tuerto no siempre es el rey… Vaya a verla y luego, trate de caminar por las calles con los ojos cerrados a ver cómo le va…

LA PELICULA
Ceguera
(Blindness)
2008
120 minutos
Dirigió Fernando Meirelles
Escrita por Don McKellar, basada en la novela “Ensayo sobre la Ceguera” de José Saramago
Produjeron Niv Fichman, Sonoro Sakai y Andrea Barata Ribeiro
Editó Joshu de Cartier
Música de Marco Antonio Guimaraes
Fotografía de César Charlone
Actuaron Julianne Moore, Mark Ruffalo, Gael García Bernal, Danny Glover, Alice Braga, Don McKellar, Maury Chaykin, Yusuke Iseya, Yoshino Kimura, Mitchell Nye y varios secundarios y extras haciéndose los ciegos…

11.13.2008

LAS PELICULAS QUE OLVIDAMOS: Simón del Desierto (1964)


¡Buñuel nunca falla!

Hace un par de meses, mi compadre Erick Aeschlimann me recomendó ver esta película de Buñuel, que hasta ese momento, no conocía. Es más, su existencia me era absolutamente extraña e indiferente. Pero era Buñuel, el genio creador de Un Perro Andaluz (1928), La Edad de Oro (1930), Los Olvidados (1950), Viridiana (1961), El Ángel Exterminador (1962) y Bella de Día (1966), no podía desteñir con un film realizado en una de sus épocas más prolíficas, cuando luego del exilio obligado por el triunfo de Franco fue a para a Estados Unidos y luego, a México, en donde desarrolló gran parte de su carrera.

La conseguí. La vi. Simón es un tipo que ha escogido una vida anacoreta para acercarse a Dios y ser digno de Él. Durante seis años, seis meses y seis días ha estado de pie sobre una columna, orando, pegándose con la piedra en el pecho, haciendo milagros. Por eso es que cuando un devoto adinerado (al cual Simón ha curado de un “mal nefando”, es decir, una enfermedad sexual), le regala una nueva columna para continuar su penitencia, los feligreses acuden en masa para presenciar el acontecimiento.

Desde su nueva columna (algo de orgullo ya se dibuja en Simón con este acto), realiza un primer milagro que devolverle las manos a un pastor que ha sido mutilado por robo. Una vez realizado el milagro, una de las primeras cosas que hace el tipo es darle de cachuchazos a su hija. Moraleja buñuelesca: una buena acción no siempre genera otra buena acción. O bien: un milagro no hace otro milagro.

El diablo se le aparece en forme de mujer (Silvia Pinal). Simón predica y lucha contra el Malulo con oraciones, pero poco a poco su santidad se desvanece ante los ojos del espectador, mas no de sus fieles. En sus pensamientos, Simón desprecia al ser humano y quiere que de una vez por todas lo dejen tranquilo. Ese es su calvario. Varios cosas ocurren ocho metros más abajo. El Diablo sigue acosando a Simón de diversas maneras, hasta que se produce el enfrentamiento final y un desenlace sólo imaginable en la lúcida y disparatada mente de Buñuel.

Sarcástica y crítica de la religión, Simón del Desierto, sin ser una de las obras mayores del español, si se rescata por una armónica fotografía, ágiles diálogos, la desmitificación de la santidad y la revelación del doble discurso no sólo de los practicantes si no que de todos nosotros. Secuencias notables hay varias en tan pocos minutos: la aparición de la sexy Pinal mostrando las bragas y las pechugas bajo un pulcro vestido negro y la sarta de maldiciones que salen de su boquita; las calumnias del sacerdote Trifón que terminan en un diálogo memorable en que el cura poseído pelea a gritos con sus compuestos compañeros de orden y la aparición de un ataúd que se arrastra sólo por la tierra y que es el prólogo a las secuencias finales de la cinta.

Buñuel no da puntada sin hilo y Simón del Desierto no es la excepción. Trate de verla, es una rareza aún para nuestros tiempos, un mediometraje agradable, punzante, ácido y sin muchas concesiones, y hasta una especie de revisión de las clásicas películas religiosas. Es más, en un momento el Diablo le dice a Simón que se parecen, pues él que fue un ángel, tuvo la oportunidad de conocer a Dios… Pero que de su hijo mejor no va a hablar porque al parecer era tan débil como cualquier ser humano. Toda una declaración de principios mucho más cruda y menos poéticas que las expresadas por Kazantzakis en su Última Tentación de Cristo.

Ideal para una Semana Santa alternativa y olvidarse que la televisión nacional repite una y otra vez El Manto Sagrado y Jesús de Nazareth… Ahoa, trate de embalarse con ese rarísimo Simón y deje que Buñuel le de una buena revisión al otro lado del culto religioso occidental con sus (más) defectos que virtudes…

LA PELICULA
Simón del Desierto
(Simón del Desierto)
1964
43 minutos
Dirigió Luis Buñuel
Escrita por Luis Buñuel y Julio Alejandro, sobre una idea de Buñuel
Produjo Gustavo Alatriste
Editaron Carlos Savage y Luis Buñuel
Música de Raúl Lavista y Saetas y Tambores de la Semana Santa de Calanda
Fotografía de Gabriel Figueroa
Actuaron Claudio Brook, Hortensia Santoveña, Silvia Pinal, Jesús Fernández, Enrique Álvarez Félix, Enrique García Álvarez y varios bailarines a-go-go en ácido…

11.11.2008

Cuando Los Dinosaurios Gobernaban la Tierra VII


Rush – Exit… Stage Left (1981)

La experiencia me ha demostrado que muchos fanáticos del rock progresivo entraron al “ambiente” gracias a Rush, entre otras bandas. Pero como el tema que hoy nos convoca se centra en el power trio canadiense, me responsabilizo por mis palabras e insisto, Rush fue, es y será una de las puertas de entrada al mundo del prog. Y no sólo eso, no es difícil encontrar a fanáticos de otros estilos rockeros que en su panteón también tienen a Geddy Lee, Alex Lifeson y Neal Peart.

La banda publicó debutó en 1974 con su álbum homónimo. Más cargados al blues y al hard rock, los muchachos poco a poco fueron deviniendo en una onda más prog, no sin antes cambiar de batero para la edición de Fly by Night (1975), su segundo disco. De la mano de Neal Peart, las letras de Rush se volvieron más metafísicas y poéticas, cargadas a la ciencia ficción y llenas de referencias mitológicas. Es así como llegan a la edición de la obra cumbre de su primera etapa, el imperdible 2112 (1976). Como para terminar esta etapa, editaron ese mismo año el en vivo All the World’s a Stage (Dato curioso: el título está tomado de una frase de Shakespeare), para iniciar al año siguiente su periodo más sinfónico y que fue el que probablemente, les dejó más adeptos, esos fieles seguidores que a lo largo de tres décadas continúan pasando la antorcha. Luego de esta tetralogía (por llamarla de algún modo) que comenzó en 1977 con A Farewell to Kings y que concluyó en 1981 con Moving Pictures, el trío canadiense, ya reconocido en todo el mundo, lanzó un álbum doble en vivo, que es el que les presento en esta ocasión: Exit… Stage Left.

Según muchos entendidos en la materia, los fanáticos y mis amigos ProgHeads, pocas veces un disco en vivo ha alcanzado tal nivel de intensidad decorada con la soberbia técnica de cada uno de sus músicos. Si bien la tecnología ha logrado que muchos discos en vivo posteriores suenen mejor y sin desmerecer la calidad técnica de otras bandas, la verdad es que Exit… es una muestra clara del talento de Lee, Lifeson y Peart que a lo largo de doce temones, pasean al escucha por los mejores pasajes de su etapa más prog, luciéndose sin abusar, recreando cada tema a la perfección, pero sin dejar de lado pequeñas sorpresas y detalles que son realmente deliciosos, partiendo por el impresionante solo de batería de Neil Peart en el clásico YYZ, las cautivantes atmósferas logradas en Xanadu y Jacob’s Ladder y la increíble potencia de Red Barchetta y La Villa Strangiato. De comienzo a fin, este disco en vivo te atrapa sin ninguna concesión, pero también con la pureza de tres músicos que si bien usan kilos de tecnología, no se dejan seducir por ella y se plantan, como pocos, sobre el escenario, logrando provocar la más variada gama de emociones en el oído externo, aún después de casi treinta años de editado el álbum.

Me cuesta pensar en otro disco prog en vivo con tal nivel de precisión, poseedor de la belleza y la calma, pero también el poder y la fuerza de Exit… Aunque debo reconocer que todos los directos de Rush son apocalípticamente adictivos, Exit… tiene un gusto diferente; los muchachos en su mejor momento, la mezcla perfecta de talento y tecnología, un track listing de película escogido para la gira y por cierto, la característica voz de Geddy Lee que no se me ha olvidado desde entonces, jejejeje… Si quizás en el en vivo de Anekdoten de 1995 en Japón haya algo así, o en el Welcome Back My Friends… de ELP… Quizás en el Yessongs de Yes o en Anglagard… Pero son pocas las bandas capaces de lograr tal compenetración en una presentación en vivo y traspasar aquel goce y alegría al público, incluso, a través del vinilo y ahora, del láser… Uno de esos discos que DEBE estar por obligación en cualquier colección musical que se precie de tal…


La historia de Rush sigue hasta hoy. Luego del Exit... comenzaron otra tetralogía donde regalonearon el pop de muy buena manera y luego del doble en vivo A Show of Hands (1989), inciaron una nueva etapa que los llevó por otros senderos, algunos de ellos mucho más metaleros de lo que sus fanáticos esperaban, pero esa es una de las gracias de Rush, una banda que ha sabido mantenerse en el tiempo, que aún fiel a su estilo, ha probado con diversos derroteros del rock, saliendo siempre bien parados. Toda una hazaña en estos tiempos de música chicle, estrellas pop de poco peso y escaso talento... Una razón más para aplaudir un extraordionario álbum que seguro, adquirirá más valor y sabor en la medida en que pasan los años, tal como lo ha hecho hasta ahora...

*De Wikipedia:
El concierto fue grabado en directo durante la presentación que hizo la banda la noche del sábado 27 de marzo de 1981 en el Montreal Forum de Montreal (Canadá), durante la gira promocional del Moving Pictures. Adicionalmente, dicha presentación fue capturada en video para su lanzamiento, primero en formato VHS (1982) y luego en DVD (2006), aunque el listado de canciones difiere entre el álbum y la recopilación en video. Esto se debe a que en el álbum se incluyeron cuatro temas -que aparecen en el lado B del disco 1, en el formato original- que fueron grabados durante otra célebre presentación, pero en el Apollo Theatre de Glasgow (Reino Unido), los días 10 y 11 de junio de 1980, durante la gira promocional del álbum Permanent Waves.

EL DISCO
1. Spirit of Radio (5:12)
2. Red Barchetta (6:48)
3. YYZ (7:44)

4. Closer to the Heart (3:09)

5. Beneath, Between and Behind (2:34)
6. Jacobs Ladder (8:47)
7. Broon's Bane (1:37)
8. The Trees (4:50)
9. Xanadu (12:10)
10. Freewill (5:33)
11. Tom Sawyer (5:01)
12. La Villa Strangiato (9:38)

LA BANDA
Geddy Lee / bajo, bajo pedal, sintetizadores, voz, guitarra rítmica
Alex Lifeson / guitarra, bajo pedal
Neil Peart / batería, percusiones

DATOS DE CD
Anthem ANC 4-1035 (Doble)
Anthem-WAGK 1035-Can-1981 (Simple)
Mercury Remaster 534-632-2 (1997) Aquí se agregó el tema A Passage to Bangkok.

11.10.2008

La Marca de la Pantera (1982)… o los ardientes animales incestuosos de los 80…


A comienzos de los 90, junto a mis compadres Pupo y Capitán Parra, ya éramos unos cinéfilos redomados. Además de ir a todos (los 3) cines de la ciudad todas las semanas, los domingos, para combatir la caña, arrendábamos cualquier película que encontráramos medianamente interesante y aunque eso abarcaba desde cine Z a soft porn, de repente nos enganchábamos con alguna que otra película sorprendente y develadora. Eso nos pasó con La Marca de la Pantera, que partimos arrendando porque la Natassja Kinski es más rica que sánguche de potito y existía la certera posibilidad de verla en pelotas y ojalá en una escena subida de tono.

La peli fue dirigida por Paul Schrader que como director ha tenido pocos aciertos (entre ellos, la notable Mishima y Affliction) mientras que sus fracasos son monumentales como Patty Hearst (1988) y la aburridísima Dominion: The Exorcist Prequel (2005), por sólo nombrar algunas de las cintas que ha dirigido con escaso éxito. Pero por otra parte, tenemos en Schrader un excelente guionista que ha sido capaz de crear obras poderosas e inmortales para el Séptimo Arte tales como Taxi Driver (1976), Raging Bull (1980), Mosquito Coast (1986) y The Last Temptation of Christ (1988). Es decir, este tipo es un gran escritor, pero un mediocre director… No por eso La Marca de la Pantera es una mala película, muy por el contrario, es un decente remake de la original de 1942, que lleva la historia de la “gente gato” a la actualidad, con frescura, momentos de suspenso bien logrados, correctas dosis de sangre y mucha tensión sexual entre sus protagonistas.

La historia comienza con la joven Irena Gallier (la hermosísima Kinski) arribando al sur profundo de los Estados Unidos, en donde conocerá a su hermano Paul (Malcolm McDowell, que con su rostro desquiciado ya lo dice todo). Se presentan, se cuentan algunas cosas, la chica trata de aclimatarse al lugar y paf!, el hermano desaparece misteriosamente. Al poco tiempo, una pantera ataca a una prostituta y luego, es capturada, yendo a parar al zoológico del lugar en donde Irena conoce a Oliver, un veterinario por el cual se siente atraída, eso hasta que la pantera escapa y coincidentemente, su hermano vuelve a aparecer, para contarle su origen y explicar aquellos deseos y emociones que la chica no comprende y que apenas puede controlar. Ambos, son herederos directos de una antigua raza que se mezcló con las panteras creando un híbrido único y poderoso. El problema es que la raza se ha mantenido así y debe seguir manteniéndose de una manera muy particular: sólo pueden procrear entre hermanos. A pesar que Irena exuda sexualidad por todas partes, no es tan caliente como para encamarse con su hermano y decide luchar contra el destino que la condena.

La peli tiene secuencias notables. Los recuerdos nebulosos de Paul de sus antepasados son terriblemente poéticos, mientras que ciertas secuencias gore también tienen un encanto único, como cuando Paul, convertido en pantera, le arranca un brazo a uno de los guardias, o cuando Irena se convierte en pantera mientras hace el amor con Oliver. Y si bien en algunas ocasiones, parece un tanto inconexa y que hay que reconocer que ninguno de los actores parece creerse mucho el cuento, la historia es entretenida y ágil, si es que no se le pide mucho… En fin, estamos hablando de ficción y terror, no de Fellini, así es que si la ve, olvídese un poquito de la formalidad y quédese con esta trama sencilla, aunque un tanto pervertida, la hermosa Natassja en todo su esplendor brindando un par de escenas de sexo muy-muy calentonas, un par de saltos en el sillón y la imperdible cara de McDowell haciendo lo que mejor sabe hacer, fruncir las cejas y mirar casi en picado, con esa expresión de demente sexual que tan bien le calza y que lo hace totalmente creíble en muchos momentos de la cinta.

No es una mala película. Tampoco es una lumbrera, pero es ideal para una noche de sábado, para pasar un buen rato y unos buenos sustos aderezados con varios borbotones se sangre…

LA PELICULA
La Marca de la Pantera
(Cat People)
1982
118 minutos
Dirigió Paul Schrader
Escrita por DeWitt Bodeen y Alan Ormsby
Produjo Charles Fries y el todopoderoso Jerry Bruckheimer
Editó Jacqueline Cambas
Música de Giorgio Moroder
Fotografía de John Bailey
Actuaron Nattasja Kinski, Malcom McDowell, John Heard, Annette O’Toole, Ruby Dee, Ed Begley Jr., y varias panteras bien amaestradas...

11.03.2008

Antofagasta, el Hollywood de Sudamérica (2002)… o el legado de Adriana Zuanic…


Quizás este sea el comentario más triste y subjetivo que he hecho en este año de Taumatropos & Victrolas… El pasado domingo 25 de octubre, con apenas 45 años de edad, el destino nos arrebató a una mujer notable, la cineasta Adriana Zuanic Donoso.

Tuve la fortuna de trabajar con ella por largos 10 años en diversos frentes, primero como ayudante del estudio de TV de la legendaria Universidad José Santos Ossa, luego como su asistente y encargado de prensa en la productora Glocal Films, que ella misma fundó, y posteriormente en las áreas de Dirección Artística y Medios del Festival Internacional de Cine del Norte de Chile… Tengo el orgullo de haber seguido casi toda su carrera y haber compartido con ella alegrías y desdichas provocadas por los locos sueños que Adriana solía crear pero también, a fuerza de carácter, temple y pasión, hacer realidad…

Uno de esos proyectos es el que justamente nos convoca en esta columna. Antofagasta, el Hollywood de Sudamérica es el único largometraje que Adriana logró hacer, razón por la cual desde mi punto de vista, ahora le da mucho más valor aún, porque en este documental (premiado en Chile, Uruguay y Estados Unidos y exhibido en festivales de cine de tres continentes), no sólo nos adentramos en la, hasta ese momento, desconocida y olvidada historia de tres locos pioneros que en tres años, lograron convertir a Antofagasta en una pequeña Meca del cine, a fines de los años 20… Es también. Una declaración de principios, un estamento de vida a través del cual Adriana no sólo contó esta maravillosa historia, sino que fue más allá, y realiza una dura crítica a la falta de apoyo hacia las iniciativas culturales y, específicamente, audiovisuales; con inteligencia y pulso envidiable, alerta al espectador acerca de la falta de políticas que contribuyan al rescate y conservación del patrimonio fílmico de los pueblos, es decir, de su memoria viva.

Adriana se encontró casi por coincidencia con esta historia. Su incesante búsqueda de conocimientos la llevó a encontrar un pequeño pero revelador libro de la investigadora Eliana Jara, en el que hacía un catastro de las películas realizadas en Chile durante la época muda. Adriana no podía creer que en Antofagasta se hubiesen realizado nueve largometrajes entre 1926 y 1929 y es así como se puso en campaña para recopilar la mayor cantidad de antecedentes posibles para dar vida a esta aventura encabezada por Edmundo Fuenzalida, periodista y director del diario “El Industrial”, quien, seducido por la labia y ensoñanciones de aquel extraordinario personaje llamado Alberto Santana y en compañía del fotógrafo valdiviano Arnulfo Valck, crearon la productora Vita Film, la compañía más redituable de la época, con la que hicieron cuatro películas ahora convertidas en leyenda: Bajo Dos Banderas, Madre Sin Saberlo, Los Cascabeles de Arlequín y Cocaína.

Pero no es sólo una historia de archivos. Adriana y la trouppe que la acompañó en este sueño, tuvo la posibilidad de entrevistar a Edmundo Fuenzalida antes de su deceso, convirtiéndolo en personaje principal de esta película. Y don Edmundo, como en sus mejores años de galán de cine mudo, depositó en cada una de sus entrevistas toda la simpatía, el encanto y la pasión del poeta y diplomático en que se convirtió después de la aventura del Hollywood antofagastino. De su mano y de la mano de notables investigadores de diversas áreas (como Eliana Jara y Floreal Recabarren, entre otros), testigos de la época e insertando notables recreaciones de época para revivir los momentos más destacados de esta verdadera hazaña, Zuanic nos pasea por una época en la que la ciudad vivió su apogeo económico, pero marcada por dolorosas y notorias desigualdades sociales; un momento histórico fracturado por el fin de la era de oro del salitre y por el empuje de este grupo de visionarios del Séptimo Arte, entre los que también destacaron Juan Pérez Berrocal, René Berthelon y Arcady Boytler, todos ellos, con singulares carreras posteriores no sólo en el campo del cine, si no que también en otras áreas del quehacer cultural, deportivo y político.

Adriana no duda en criticar la falta de prerrogativas para proteger el patrimonio audiovisual. De hecho, denuncia que casi todas las películas de la época fueron convertidas en peinetas… Sólo se logró rescatar algunas secuencias de Vergüenza, una de las últimas películas de ficción realizadas en Antofagasta, pero de las demás o de las “actualidades” filmadas durante la época no quedan sino recortes de diarios y por supuesto, este notable documental que rescató y homenajeó a aquellos pioneros del cine mudo antofagastino de los años 20.

Singular y ejemplar es la historia de Alberto Santana, que no sólo filmó en Antofagasta, si no que en Santiago, La Serena y Concepción, entre otras ciudades de Chile, además de realizar un largo periplo por Sur y Centroamérica, convirtiéndose en el padre de las cinematografías peruana y ecuatoriana, además de trabajar febrilmente en otros países, repitiendo la fórmula utilizada en Antofagasta: aunar a fuerza de ingenio a todos los sectores sociales en torno a la filmación de sus películas, utilizando diversas técnicas de marketing adelantadas por décadas a su época. Adriana continúo siguiendo la huella de este trotamundos, como ella lo llamaba, con la idea de hacer una película sobre su vida y obra… Espero de todo corazón que este proyecto no quedé a medio camino, pues se trata de una maravillosa historia que puede iluminar de mejor manera el camino de las nuevas generaciones audiovisuales…

Demás está decir que fue uno de los tantos que colaboró con la realización de esta película, primero como asistente de producción y luego, colaborando con Adriana en la recopilación de la investigación para resumir toda la inmensa cantidad de información reunida a lo largo de cinco años. Por eso les decía que esta nota iba a ser subjetiva y porque, por sobre todo, no creo ser el único que admiró el trabajo de Adriana, su valor para volver a hacer cine en medio del desierto más árido del mundo, contando con colaboradores que en su mayoría provenían de esta misma zona, haciendo lo que Fuenzalida, Santana y Valck habían hecho… Soñar para crear, maximizando los escasos recursos de los que disponían, establecer a Antofagasta como un polo de desarrollo audiovisual a fuerza de testarudez, con pasión y con mucho amor por proyectar la imagen de nuestro norte desde nuestra propia perspectiva hacia el mundo…

LA PELICULA
Antofagasta, el Hollywood de Sudamérica
(o Un Viaje de Ensueño)
2002
90 minutos
Dirigió, produjo y montó Adriana Zuanic Donoso
Música de Horacio Salinas
Fotografía de Marcelo González
Actuaron Mario Ossandón, Mario Guzmán, Daniel Jorquera, Paulina Hayden, Paulina Hernández, Paola Mardones, entre otros… Testimonios de Edmundo Fuenzalida, Eliana Jara, Floreal Recabarren y muchos más…

ESPECIAL CINEMA INFERNO: No Ordinary Love


Diario de rodaje de un corto erótico-gore

Título Original: No Ordinary Love
Año: 2009 (estreno programado como parte del largometraje "El Italiano")
Dirigida por: Patricio Valladares
Escrita por : Andrea Cavaletto, Patricio Valladares
Reparto: Omar Azocar, Eva Morgan

Alguien alguna vez debe haberse preguntado como es el rodaje de una película extrema, de horror, sangre, muerte, torturas, y otras linduras. Quizás existe la creencia de que es una manga de enfermos depravados que disfrutan recreando dichas imágenes, bueno, algo de cierto hay en eso. A lo mejor creen que son seres sombríos que no saben sonreír, que consumen carne cruda y que caminan entre las sombras huyendo del sol, quien sabe. Pero, qué mejor manera de salir de todas esas dudas que meterse de lleno dentro del rodaje de una de estas extrañas piezas cinematográficas, en forma exclusiva para este Blog.

La historia parte hace un par de años, con el rodaje de un largometraje llamado "Currículum" que a poco andar por el mundo, llamó la atención de unos productores extranjeros que vieron el que director, Patricio Valladares, tenía algo de talento para el género y conversando y conversando, surge "Departyd" un film ambicioso y sangriento, que se ha ido dilatando por lo alto de su presupuesto y la maldita crisis financiera que ha hecho que algunos inversionistas tiriten muertos de pánico en sus oficinas pensando que este chilenito les puede hacer perder un par de miles de dólares. Para llenar el vacío que significa tener los crespos hechos para rodar un largo y que te digan que tienes que esperar un buen tiempo, no hay nada mejor que hacer otras cosas, es así como Valladares, junto al autor de Departyd, el italiano Andrea Cavaletto, se les ocurrió hacer una serie de cortometrajes inspirados en el amor, que lindo no? pero no el amor azucarado y telenovelezco que cantan los cientos y miles de grupos y cantantes de las radioemisoras comunes y corrientes sino que el amor en su forma más retorcida, sucia y extraña posible, es decir, las desviaciones del amor.

No voy a contar de que se trata el corto "No Ordinary Love" pero como lo dice su título, no es un amor común. El rodaje se venía preparando hace semanas, haciendo un casting, buscando actores aperrados que no les importase la sangre, los gritos guturales y los aullidos de dolor...la verdad lo más complejo fue el casting porque mucho de los actores y actrices contactados no querían involucrarse en un proyecto de tan poca calidad artística, paradójicamente contactamos a varios que si han aparecido en reality shows, esos programas eróticos para la televisión que solo muestran 2 o 3 escenas eróticas gratuitas en pantalla con la excusa que es algo de realidad nacional, claro...eso si que es arte shakespereano al hueso (que lata que la ironía cueste expresarla escrita). En fin, a las 8 de la mañana estaba todo el equipo técnico en el lugar del rodaje, una hermosa y acogedora casa de Santiago (la mía) que fue disfrazada como una fría y lúgubre habitación de hotel en donde ocurre la acción. Luego de un rico desayuno, que incluía, café, leche, pan, galletas, jamón y otras cosas normales en una dieta humana, nos pusimos a ambientar. Ojo con el detalle del desayuno, no había tripas de animales ni sangre fresca, nop, eran personas normales comiendo desayunos normales. La directora de arte vestía un colorido atuendo y el resto usaba jeans y poleras comunes y corrientes, nadie usaba collares de clavos o piercing extremo.
Una vez ambientado llegaron puntualmente los actores y comenzaron los ensayos de las escenas, todo esto matizado con uno que otro dulce que había sobrado de la noche anterior, ya que este rodaje se llevó a cabo el 1 de noviembre, el día después de Halloween, así que con exceso de azúcar en la sangre nos lanzamos a rodar y a rodar y a rodar.
Todo muy bien, primero las escenas "normales", las escenas antes de que aparezcan cuchillos, llaves inglesas, cuerdas y espejos rotos sobre alguna parte del cuerpo humano, escenas con diálogos simples, sin gritos ni alaridos de dolor. Pero luego de la pausa exigida por el sindicato para almorzar y realizar una buena digestión, comenzó lo bueno.
La sangre falsa corría a litros, había que limpiar el lente de la cámara constantemente por las gotitas que salpicaban. También había que preocuparse de los vecinos sapos que preguntaban a que se deben todos esos gritos, además del reinante calor, no solo el normal producido en ese día por el clima, sino porque las luces calentaban el aire y por razones de iluminación, la habitación se encontraba sellada.
Si bueno, no es una cosa que digamos que bruto que cómodo es rodar con el calor del día, pero es más cómodo simular un ambiente de noche que de hecho pasarse la noche en vela rodando, además que con tanto grito alguien de seguro llama a los carabineros y si no lo hacen, serían enfermos de desconsiderados.
La cosa es que a eso de las 6 de la tarde, tras exactas 8 horas de trabajo, se acabó el rodaje y comenzamos a limpiar, ordenar y guardar.
Es extraño, si bien uno trata de hacer todo súper profesional, cámaras de buen nivel, iluminación,  respetar horarios y jornadas de trabajo, es decir como cualquier actividad profesional que se respete, de todas formas uno la pasa tan bien que hasta como que se siente mal por cobrar por el trabajo hecho, en fin, cada quien disfruta su trabajo como mejor le plazca.
La vida continúa normal una vez que se apagan las luces, se guarda la cámara y se limpia la sangre derramada; al terminar todos y cada uno nos despedimos con un abrazo y de vuelta a nuestras poco glamorosas vidas, unos iban a dar una charla de cine a un festival de horror, otros a un desfile de moda, unos al teatro, otros partíamos a la UCI de un hospital a preguntar por la salud de un pariente cercano. En suma, la vida tal como es para el común de los mortales.