¡Buñuel nunca falla!
Hace un par de meses, mi compadre Erick Aeschlimann me recomendó ver esta película de Buñuel, que hasta ese momento, no conocía. Es más, su existencia me era absolutamente extraña e indiferente. Pero era Buñuel, el genio creador de Un Perro Andaluz (1928), La Edad de Oro (1930), Los Olvidados (1950), Viridiana (1961), El Ángel Exterminador (1962) y Bella de Día (1966), no podía desteñir con un film realizado en una de sus épocas más prolíficas, cuando luego del exilio obligado por el triunfo de Franco fue a para a Estados Unidos y luego, a México, en donde desarrolló gran parte de su carrera.
La conseguí. La vi. Simón es un tipo que ha escogido una vida anacoreta para acercarse a Dios y ser digno de Él. Durante seis años, seis meses y seis días ha estado de pie sobre una columna, orando, pegándose con la piedra en el pecho, haciendo milagros. Por eso es que cuando un devoto adinerado (al cual Simón ha curado de un “mal nefando”, es decir, una enfermedad sexual), le regala una nueva columna para continuar su penitencia, los feligreses acuden en masa para presenciar el acontecimiento.
Desde su nueva columna (algo de orgullo ya se dibuja en Simón con este acto), realiza un primer milagro que devolverle las manos a un pastor que ha sido mutilado por robo. Una vez realizado el milagro, una de las primeras cosas que hace el tipo es darle de cachuchazos a su hija. Moraleja buñuelesca: una buena acción no siempre genera otra buena acción. O bien: un milagro no hace otro milagro.
El diablo se le aparece en forme de mujer (Silvia Pinal). Simón predica y lucha contra el Malulo con oraciones, pero poco a poco su santidad se desvanece ante los ojos del espectador, mas no de sus fieles. En sus pensamientos, Simón desprecia al ser humano y quiere que de una vez por todas lo dejen tranquilo. Ese es su calvario. Varios cosas ocurren ocho metros más abajo. El Diablo sigue acosando a Simón de diversas maneras, hasta que se produce el enfrentamiento final y un desenlace sólo imaginable en la lúcida y disparatada mente de Buñuel.
Sarcástica y crítica de la religión, Simón del Desierto, sin ser una de las obras mayores del español, si se rescata por una armónica fotografía, ágiles diálogos, la desmitificación de la santidad y la revelación del doble discurso no sólo de los practicantes si no que de todos nosotros. Secuencias notables hay varias en tan pocos minutos: la aparición de la sexy Pinal mostrando las bragas y las pechugas bajo un pulcro vestido negro y la sarta de maldiciones que salen de su boquita; las calumnias del sacerdote Trifón que terminan en un diálogo memorable en que el cura poseído pelea a gritos con sus compuestos compañeros de orden y la aparición de un ataúd que se arrastra sólo por la tierra y que es el prólogo a las secuencias finales de la cinta.
Buñuel no da puntada sin hilo y Simón del Desierto no es la excepción. Trate de verla, es una rareza aún para nuestros tiempos, un mediometraje agradable, punzante, ácido y sin muchas concesiones, y hasta una especie de revisión de las clásicas películas religiosas. Es más, en un momento el Diablo le dice a Simón que se parecen, pues él que fue un ángel, tuvo la oportunidad de conocer a Dios… Pero que de su hijo mejor no va a hablar porque al parecer era tan débil como cualquier ser humano. Toda una declaración de principios mucho más cruda y menos poéticas que las expresadas por Kazantzakis en su Última Tentación de Cristo.
Ideal para una Semana Santa alternativa y olvidarse que la televisión nacional repite una y otra vez El Manto Sagrado y Jesús de Nazareth… Ahoa, trate de embalarse con ese rarísimo Simón y deje que Buñuel le de una buena revisión al otro lado del culto religioso occidental con sus (más) defectos que virtudes…
LA PELICULA
Simón del Desierto
(Simón del Desierto)
1964
43 minutos
Dirigió Luis Buñuel
Escrita por Luis Buñuel y Julio Alejandro, sobre una idea de Buñuel
Produjo Gustavo Alatriste
Editaron Carlos Savage y Luis Buñuel
Música de Raúl Lavista y Saetas y Tambores de la Semana Santa de Calanda
Fotografía de Gabriel Figueroa
Actuaron Claudio Brook, Hortensia Santoveña, Silvia Pinal, Jesús Fernández, Enrique Álvarez Félix, Enrique García Álvarez y varios bailarines a-go-go en ácido…
Hace un par de meses, mi compadre Erick Aeschlimann me recomendó ver esta película de Buñuel, que hasta ese momento, no conocía. Es más, su existencia me era absolutamente extraña e indiferente. Pero era Buñuel, el genio creador de Un Perro Andaluz (1928), La Edad de Oro (1930), Los Olvidados (1950), Viridiana (1961), El Ángel Exterminador (1962) y Bella de Día (1966), no podía desteñir con un film realizado en una de sus épocas más prolíficas, cuando luego del exilio obligado por el triunfo de Franco fue a para a Estados Unidos y luego, a México, en donde desarrolló gran parte de su carrera.
La conseguí. La vi. Simón es un tipo que ha escogido una vida anacoreta para acercarse a Dios y ser digno de Él. Durante seis años, seis meses y seis días ha estado de pie sobre una columna, orando, pegándose con la piedra en el pecho, haciendo milagros. Por eso es que cuando un devoto adinerado (al cual Simón ha curado de un “mal nefando”, es decir, una enfermedad sexual), le regala una nueva columna para continuar su penitencia, los feligreses acuden en masa para presenciar el acontecimiento.
Desde su nueva columna (algo de orgullo ya se dibuja en Simón con este acto), realiza un primer milagro que devolverle las manos a un pastor que ha sido mutilado por robo. Una vez realizado el milagro, una de las primeras cosas que hace el tipo es darle de cachuchazos a su hija. Moraleja buñuelesca: una buena acción no siempre genera otra buena acción. O bien: un milagro no hace otro milagro.
El diablo se le aparece en forme de mujer (Silvia Pinal). Simón predica y lucha contra el Malulo con oraciones, pero poco a poco su santidad se desvanece ante los ojos del espectador, mas no de sus fieles. En sus pensamientos, Simón desprecia al ser humano y quiere que de una vez por todas lo dejen tranquilo. Ese es su calvario. Varios cosas ocurren ocho metros más abajo. El Diablo sigue acosando a Simón de diversas maneras, hasta que se produce el enfrentamiento final y un desenlace sólo imaginable en la lúcida y disparatada mente de Buñuel.
Sarcástica y crítica de la religión, Simón del Desierto, sin ser una de las obras mayores del español, si se rescata por una armónica fotografía, ágiles diálogos, la desmitificación de la santidad y la revelación del doble discurso no sólo de los practicantes si no que de todos nosotros. Secuencias notables hay varias en tan pocos minutos: la aparición de la sexy Pinal mostrando las bragas y las pechugas bajo un pulcro vestido negro y la sarta de maldiciones que salen de su boquita; las calumnias del sacerdote Trifón que terminan en un diálogo memorable en que el cura poseído pelea a gritos con sus compuestos compañeros de orden y la aparición de un ataúd que se arrastra sólo por la tierra y que es el prólogo a las secuencias finales de la cinta.
Buñuel no da puntada sin hilo y Simón del Desierto no es la excepción. Trate de verla, es una rareza aún para nuestros tiempos, un mediometraje agradable, punzante, ácido y sin muchas concesiones, y hasta una especie de revisión de las clásicas películas religiosas. Es más, en un momento el Diablo le dice a Simón que se parecen, pues él que fue un ángel, tuvo la oportunidad de conocer a Dios… Pero que de su hijo mejor no va a hablar porque al parecer era tan débil como cualquier ser humano. Toda una declaración de principios mucho más cruda y menos poéticas que las expresadas por Kazantzakis en su Última Tentación de Cristo.
Ideal para una Semana Santa alternativa y olvidarse que la televisión nacional repite una y otra vez El Manto Sagrado y Jesús de Nazareth… Ahoa, trate de embalarse con ese rarísimo Simón y deje que Buñuel le de una buena revisión al otro lado del culto religioso occidental con sus (más) defectos que virtudes…
LA PELICULA
Simón del Desierto
(Simón del Desierto)
1964
43 minutos
Dirigió Luis Buñuel
Escrita por Luis Buñuel y Julio Alejandro, sobre una idea de Buñuel
Produjo Gustavo Alatriste
Editaron Carlos Savage y Luis Buñuel
Música de Raúl Lavista y Saetas y Tambores de la Semana Santa de Calanda
Fotografía de Gabriel Figueroa
Actuaron Claudio Brook, Hortensia Santoveña, Silvia Pinal, Jesús Fernández, Enrique Álvarez Félix, Enrique García Álvarez y varios bailarines a-go-go en ácido…
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