8.21.2008

TARDES EN EL REX: La Mosca (1986)


No sé si esta es la mejor manera de comenzar a hablar de David Cronenberg en el blog, pero La Mosca es una de esas películas que considero imprescindibles en mi dvdteca, aunque no es una de sus obras mayores, comparada con la traumática y conmovedora Dead Ringers (1988), la suculenta y depresiva A History of Violence (2005) o la reciente Eastern Promises (2007), pero por todos los dioses! Es una tremenda cinta y quizás las más recomendable, junto a Videodrome (1983), para adentrarse en el extraño y oscuro mundo de este director canadiense.

La película data de 1986, pero debo haberla visto más de un año después. Su crudo contenido, nos vetó el ingreso a las salas establecidas, por lo que tuvimos que esperar su llegada al alicaído pero siempre confiable Cine Rex para deleitarnos con esta obra etéreamente basada en la versión del mismo nombre, dirigida por Kurt Neumann en 1958. Mientras esperábamos, arrendamos en VHS las inolvidables Videodrome y Scanners (1981), en copias desgastadas que dejaban bastante que desear pero que eran suficiente para despertar el apetito por el cine orgánico, degradante y profundamente psicológico de Cronenberg.

La historia comienza con el encuentro del brillante y excéntrico científico Seth Brundle (Jeff Goldblum) y la periodista Veronica Quaife (Geena Davis). Además de involucrarse sentimentalmente, Brundle le muestra a Veronica sus investigaciones en torno a la teleportación humana, para lo cual ha diseñado dos telépodos (de impresionante, frío y crudo choque visual) conectados a un computador que no sabe qué diablos hacer para dar con la fórmula perfecta para transportar células vivas. Luego de dar con la clave para la teleportación de seres vivos y en medio de una borrachera provocada por los celos, Brundle decide experimentar con él mismo, sin darse cuenta si no hasta mucho más tarde, que sus genes se han mezclado con los de una mosca. La película de verdad, comienza en este punto, cuando el espectador comienza a ser testigo privilegiado de la degeneración física y mental de Brundle, a través de escenas demasiado explícitas y diálogos cortos pero muy efectivos.

El cine de Cronenberg ha pasado por varias etapas. Desde la exposición obscena de la violencia y la degradación humana de sus primeras películas, hasta la exposición poética de la violencia y la degradación humana de sus filmes en la última década. Es un tipo con cojones que no ahorra efectos ni tomas ni secuencias que despabilen al pobre espectador tan acostumbrado a la sangre a borbotones sin razón alguna o a la violencia excesiva por taquilla. En Cronenberg, esos eventos cárneos y sanguinolentos adquieren una dimensión y un significado mayor, siempre relacionados con historias de profundo contenido y poderosos conflictos emocionales. Así, cuando las escenas violentas son escasas en cantidad, su impacto es superior que en el otras cintas, de la mano de otros directores menos talentosos. Además, cabe mencionar que Cronenberg muchas veces ha señalado que le fascina contar la historia desde el punto de vista del protagonista que sufre los embates de estos cambios muchas veces dísicos y crudamente orgánicos, pero también, obsesivamente mentales.

A Cronenberg también lo avala el hecho de trabajar casi siempre con las mismas personas, además de realizar casi todas sus películas en su natal Canadá, con escasas excepciones, signadas por los momentos en que ha trabajado para productoras del mainstream gringo, ocasiones en las que ha salido victorioso, incluyendo La Mosca que, a pesar de ser una de las películas que realizó con mayor presupuesto, la filmó en Canadá y destinó la mayor parte de éste a los notables efectos especiales que acentúan y hacen aún mas chocante y dolorosa la transformación de Bruñidle en una mosca que, por que no, se manda sus frases para el bronce, como cuando comenta que será la primera mosca de 85 kilos de la historia o que pretende ser la primera mosca político, aunque reconoce que las moscas no tienen otra política que el alimentarse para vivir. Y es en ese momento, cuando su cuerpo corrompido parece no soportar más y su mente está al borde de la locura, que enfrenta su particular realidad con el convencimiento de haber sido un insecto que soñó ser hombre… “Pero el sueño terminó y el insecto, despertó” remata ante su sollozante amante.

Insisto, puede que Cronenberg tenga mejores cintas. De hecho, las tiene. Pero a La Mosca le tengo un cariño especial por haber sido la primera película de este notable realizador que vi en pantalla grande y porque fue uno de los que me abrió los ojos al buen cine, ese que te deja boquiabierto, pensando, tratando de comprender lo que acabas de ver mientras los créditos todavía pasan frente a tus ojos… Bueno, Cronenberg fue uno de esos y hasta hoy, uno de los directores que más me asombran y agradan…

LA PELICULA
La Mosca
(The Fly)
1986
95 minutos
Dirigió David Cronenberg
Produjo Stuart Cornfield
Guión de Charles Edgard Pogue y David Cronenberg, basado en la historia corta de George Langelaan
Música de Howard Shore y Nile Rodgers
Fotografía de Mark Irwin
Editó Ronald Sanders
Actuaron Jeff Goldblum, Geena Davis, John Getz y varios secundarios canadienses que casi ni se ven…

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