8.18.2008

Batman, el Caballero de la Noche (2008)… Estamos medios oscuritos, o no?


Una vez fuera de la magia del Festival de Cine del Norte de Chile, era obvio que mi lado pop necesitaba volver a las salas de cine, pero esta vez con la poco sana intención de refocilarme con una película con tan cabezona ni densa… Algo un tanto más comercial, sencillo, suave y de consumo rápido y fácil. Por lo tanto, la opción lógica era sacarme una de las espinas que tenía clavadas desde hace algún tiempo y siguiendo las indicaciones de aquella parte de mi ser dominada por los instintos nerds infanto adolescentes, la opción lógica fue dejarme caer en la sala que proyectaba Batman, the Dark Knight

Así fue que junto a Cindy partimos al cine, aunque primero calentamos motores con unos schopitos, mientras tratábamos de imaginar cómo sería la película, tratando de olvidar comentarios y prejuicios para enfrentar de buena forma esta película, secuela de Batman Begins, que se ha convertido en una especie de revisión del héroe gótico, bastante más oscura y pensante que la anterior mini saga de Tim Burton, pues prefiero no recordar lo que Joel Schumacher hizo con la imagen de Batman, convirtiéndolo en casi un modelo de calzoncillos, con el culo y los pezones demasiado remarcados… En fin, Christopher Nolan y sus secuaces nos entregaron en Batman Begins una imagen del Detective un tanto más oscura y cavilante, un héroe acosado por traumas y dramas personales, muchas veces inseguro y en constante pugna con su lado más turbio, imagen que se refuerza en The Dark Knight, asumiendo los manierismos y estilo del brutal Frank Miller, para entregarnos un Batman que sufre y reniega de su propia persona, que se cuestiona y busca iluminación y redención sonde ya escasamente existe algo de esperanza. Con breves retazos que conectan esta historia con la anterior cinta de la saga, incluyendo una breve aparición de Scarecrow (Cilian Murphy), el espectador continúa tras las andanzas de Bruce Wayne (Christian Bale), un excéntrico millonario que por las noches se convierte en un discutido justiciero enmascarado amado y odiado por partes iguales, incluso por le mismo Wayne. Con el apoyo del Capitán James Gordon (Gary Oldman, siempre sólido) y de su fiel mayordomo Alfred (Michael Caine, también en su punto), ha logrado concretar un plan que le permitirá terminar de una vez con todas con la mafia que ha sometido en el miedo a Gotham City. A esto se suma la aparición de un correcto e insobornable fiscal de distrito llamado Harvey Dent (Aaron Eckhart) que, supuestamente, llevará este plan a buen término, a pesar de las iniciales reticencias de Wayne. Sin embargo, nadie cuenta con la aparición del Joker (Heath Ledger), un sicótico asesino de rostro malamente pintarrajeado para ocultar horrendas cicatrices que le desfiguraron el rostro. Este villano de antología, sin ética ni conciencia ni asomo alguno de arrepentimiento por sus violentos actos, es quien logrará convencer a la mafia de apoyarlo para cumplir con el macabro plan de terminar con la vida de Batman y así, volver a dominar la ciudad. Pero como con el Joker nunca se sabe, este plan original se alterará de tal manera, que llevará al espectador a un final que si bien no resulta tan sorprendente, si es bastante crudo y escalofriante.

A estas alturas, prefiero no tomarme la molestia de analizar qué se tomó del cómic original y qué cosas se las han pasado por cierta parte, porque al fin y al cabo, por lo menos en este caso, no vale la pena. Sí merece una mención particular la notable influencia de una de las mejores historias del Murciélago en papel, titulada La Broma Asesina, y de la que estoy seguro los guionistas se nutrieron para perfilar tanto la detestable personalidad del Joker como su macabro plan.

Las dos horas y media de la película se pasan con una rapidez abismante, teniendo presente que no hay tantas secuencias de acción gratuita, como sería de esperar en películas de este tipo. Al contrario, las secuencias más contundentes corren por cuenta de los enfrentamientos verbales entre Batman y el Joker, en especial aquel interrogatorio en la estación de policía y por supuesto, el del enfrentamiento final. Hay que reconocer que Heath Ledger llevó al Joker a un nivel difícil de alcanzar. En sus manos, los gestos, postura, voz y actitud del Joker resultan tan creíbles como atemorizantes y los trazos del clásico humor negro de este aterrador personaje, resultan del todo agradables, si es que esa es la palabra adecuada. Porque hay que reconocer que Ledger le imprimió al Joker aquel estilo brutal que caracterizó al personaje en la mayor parte de sus apariciones en el papel.

A excepción del mismo Bale y de Maggie Gyllenhaal (que reemplazó a Katie Holmes en el papel de la atribulada Rachel Dawes), las actuaciones están de lujo, incluyendo a los ya mencionados Caine y Oldman, y sumando a ellos a Eric Roberts, Morgan Freeman y Aaron Eckhart que llegando el final de la película nos brinda una breve pero soberbia representación de Dos Caras.

Me gustó. No era el tipo específico de película comercial que esperaba ver. Por suerte. Es una cinta oscura desde la concepción de la fotografía y decorados hasta las constantes dudas de cada personaje respecto de su devenir en la historia, misma que se convierte en una tragedia de la que ninguno de sus personajes puede huir del destino triste o heroico que les espera. No me atrevería en ningún momento a comprar lo que Nolan tan brillantemente está haciendo con aquellas dos obras maestras de Tim Burton, pues me parece que si bien ambos han rescatado la esencia del personaje, supieron explotar vertientes distintas de su historia y hacer sólidos filmes adecuándose a las exigencias del público de cada época. Y este Batman, violento, conflictuado, depresivo y desilusionado es un resultado de nuestros tiempos. Y quizás ahí radica el mayor valor de esta cinta, el ponernos en el lugar de dos personajes como Batman y el Joker, que siendo muy parecidos, están en lados distintos de la línea de la cordura, aportando cada uno su propio y valedero discurso acerca del ser humano como héroe o villano y de cómo el límite que los separa es tan endeble y difuso… No es una película de Tarkovski ni de Fellini, y por supuesto el espectador avezado en las artes cinematográficas no encontrará el nivel artístico de Kurosawa o Truffaut, pero si es una película decente, que aprovecha bien el presupuesto y los efectos especiales, que logra momentos de real emoción y que no cae en la truculencia de otras cintas del género.

No sólo para los fanáticos de Batman, si no que para todo aquel interesado en conocer un poquito más acerca de los turbios rincones del alma humana…

LA PELICULA
El Caballero de la Noche
(Batman: The Dark Knight)
2008
152 minutos
Dirigió Christopher Nolan
Produjeron Emma Thomas, Charles Roven y Christopher Nolan
Guión de Christopher y Jonathan Nolan, de la historia original de David S. Goyer y Christopher Nolan y basado en el personaje creado por Bob Kane
Música de Hans Zimmer y James Newton Howard
Fotografía de Wally Pfister
Editó Lee Smith
Actuaron Christian Bale, Heath Ledger, Michael Caine, Aaron Eckhart, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal, Eric Roberts, Néstor Carbonell, William Fichtner, David Banner y una larga lista de extras vestidos de cuicos en las fiestas de Bruce Wayne o como matones del Joker…

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