La película más cara que se haya improvisado.
Título Original: Flash Gordon
Año: 1980
Director: Mike Hodges
Escrita por: Alex Raymond (creador del comic), Michael Allin y Lorenzo Semple jr.
Reparto: Sam Jones, Melody Anderson, Max Von Sydow, Topol, Ornella Mutti, Timothy Dalton y una manga de locos disfrazados en mallas.
Si yo les contara que Fellini iba a dirigir esta película de seguro me llamarían lisérgico, inmaduro o algún otro epíteto que revelase mi falta de credibilidad, pero es cierto...el director de arte de esta película había trabajado mucho con Fellini y Dino de Laurentis estuvo en algunas conversaciones que, por suerte para la carrera de Fellini, no dieron frutos. Es más, el director de esta película fue el octavo en la lista después de que los otros 7 previos renunciaran por diversos motivos, la mayoría causas directas de las técnicas matonescas y mafiosas de Dino de Laurentis y sus amigotes. La cosa es que no tengo ganas de entrar en pelambres con mi tío Dino porque en una de esas algún día trabajo con su hija que ahora está a cargo de la empresa (soñar es gratis) y prefiero hablarles de un poquito de cine pop corn para variar un poco.
Flash Gordon era primero un comic de la Golden Age, de esos que salían en los diarios a inicios del siglo XX y que después se pegó el salto a la pantalla grande como serie de matiné (Mi abuelita me contaba que ella no se perdía función de Flash Gordon en el cine Metro cuando era niña, claro que acá llegaba doblada al español ibérico como "Roldán el temerario"). Mi primer approach con Flash Gordon era una muy pulenta serie animada que daban en Pipiripao, de los mismos tipos que después hicieron He-Man y que utilizaban una técnica que después derivó en lo que los ñoños conocemos como motion capture pero que de hecho es más vieja que el hilo negro y que Walt Disney ocupó en Blanca Nieves, que era filmar actores reales y animar sobre sus movimientos... creo que me desvié un poco del tema pero bueno.
Flash era el héroe dorado por definición, el tipo perfecto, rubio, alto, de ojos azules, musculoso, educado y con un sentido de la caballerosidad y las buenas costumbres que ya lo querría el Porvenir de Chile para sus filas, representaba todo lo bueno del sueño americano y luchaba contra todo lo malo, perverso y corrupto encarnado en Ming el Despiadado, una mutación entre Fu-manchú, Hitler, Genghis Khan y otros modelos dictatoriales de la época de los 30. Flash Gordon era tan ABC1 que en el comic original era un jugador de Polo...en esta película lo pusieron mas Pop y lo transformaron en mariscal de Campo de los New York Jets y le decían Flash porque era..como el rayo.
La trama en si es demasiado pueril así que había que tenerle bastante cariño al personaje y al cine de matiné para dejar pasar todas las incongruencias físicas, teóricas y estéticas de Flash Gordon. Ming, Senador vitalicio...digo, tirano del planeta Mongo mueve su planeta (afírmate Carl Sagan) hasta las proximerías de la Tierra con la intención de jugar un poco y provocar unos cuantos cataclismos como granizo caliente, huracanes y terremotos para su divertimento. En la tierra, el doctor Hanz Zarkov, ve que los cataclismos podrían ser provocados por una entidad extraterrestre con tendencias marxista leninistas que amenaza el estilo de vida americano así que construye una nave espacial para ir a pararle el carro a dicho personaje, justo justo justo, el avión en donde viajaban Flash Gordon y la guapa periodista Dale Arden (una candorosa Melody Anderson que acompaño varias de mis fantasías infantiles..) cae en el patio de la casa de Zarkov y los invita a viajar al espacio para salvar el mundo y así luego de un trip alucinógeno más cercano a algún pasaje del submarino amarillo de los Beatles que a un viaje espacial; Flash, Dale y Zarkov llegan a Mongo en donde Ming quiere puro casarse con Dale, Aura la hija de Ming (Ornella Mutti...cosiiiita) se quiere puro comer a Flash y como Zarkov anda puro weveando, le borran la memoria y lo dejan de esclavo, luego Flash se une a los disidentes de Mongo, el principe Varin (Timothy Dalton)una especie de jefe de los Robin Hood interestelares y Zultan el príncipe de los hombres halcón..viene la batalla final, se salvan los buenos, mueren los malos y la tierra se salva. La raja no?
La pregunta del millón es..¿cuál es la gracia?. La música de Queen?, Ornella Mutti mas guapa que nunca enfundada en trajes de latex rojo y botas con taco de aguja?, Max Von Sydow demostrando que aún en papel mas insulso es un tremendo actor?. La trama pueril, los efectos especiales de mala factura? la sobrecargada dirección de arte?..para nada, cinematográficamente esta es una película de mierda, pero tiene ese olor a matiné que hecho tanto de menos... Como todos mis ávidos lectores deben saber soy un Coquimbano trasplantado a Santiago cuando niño y si bien el cine de provincia lo tengo grabado en el código genético y ha marcado mi caracter de por vida, había algo en en Santiago que es uno de mis más gratos recuerdos de infancia; el cine Huelén.
En una época compleja en mi infancia, en medio de los 80, con temporales, peloteras, protestas, cesantía al chancho y una crisis económica de verdad, no como este ataque de pánico bancario... Mi papá tenía un trabajo esclavizante en una empresa de computación que practicamente no tenía horarios y muy seguido tenía que trabajar los sábados y para no perder tiempo familiar me llevaba con él y cuando la cosa se ponía latera en la oficina (dicho sea de paso, conocí internet a mediados de los 80 en los Vax monocromáticos con base Unix) me llevaba al cine Huelen que quedaba a la vuelta de la esquina y ahí me devoraba los programas dobles de matiné, no sé por qué pero parece que no tenían mucho stock porque siempre repetian 2 o 3 películas en los programas dobles y una de esas era Flash Gordon, debo haberla visto unas 6 veces en la pantalla grande y si me gusta esta película es porque me recuerda aquella época en que uno simplemente se dejaba llevar y se entretenía, no se cuestionaba cosas, los malos eran malos por que si y los buenos eran buenos porque era lo que se tenía que hacer y uno se creía Flash Gordon o Remo Williams (por favor recuérdenme hablarles de esa película) y llegaba a la casa alucinado y soñando ser héroe.
En fin, esta película es muy buena porque me recuerda una época en que ir al cine era simplemente un momento de entretención que mi papá me brindaba cuando no podía estar conmigo, en suma, una muestra de amor.
Así que los invito a desempolvar esta viejuja película de donde sea que esté guardada... lo malo es que es una película que al igual que la abominable Superman IV no está en nigún video club, como que era tan malita que nadie quiso distribuirla en video...
Pero hay lugares en internet donde se puede descargar (algunos pagando) y saquen a su niño o niña interior y disfruten de una película solo por el placer de pasar el rato
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