Verano. Flojera. No muy buenas películas ni en el cine ni en el cable. De vez en cuando, un trasnoche más o menos entretenido. En una de esas, te topas con películas que te traen recuerdos de tiempos mejores. Y una de esas es Empire Records.
Con el paso del tiempo, esta humilde película para adolescentes rockeros, se convirtió en un film de culto, a tal punto de tener una edición especial con casi veinte minutos que quedaron fuera del film originalmente estrenado en 1995, fecha en la que no mucha gente le dio pelota.
Empire Records no es una gran película, aunque no por eso deja de ser interesante. Basada en algunas de las experiencias de Carol Heikkinen (su guionista) como dependiente de una de las sucursales de Tower Records, demoró bastante tiempo en despertar el interés de algún productor. Su director, Allan Moyle, es un tipo más bien dedicado al cine independiente y a los documentales relativos al tema musical. Sus dos mayores éxitos de taquilla podrían ser Times Square (1980), que no alcanzó a terminar totalmente al ser despedido por el productor, y otra de adolescentes pero mucho más mamona, Suban el Volumen (1990) con John Cusack. Empire Records, va por el mismo lado, es una película destinada a jóvenes un tanto rockeros, que retrata un complicado día en una tienda musical independiente, que está a punto de ser vendida a una cadena comercial que la convertirá, bueno, ya saben, en una más de consumo masivo y pop. Lucas (Rory Cochrane) toma la recaudación del día anterior con la intención de apostar y multiplicar el dinero para así, evitar la venta, pero lo pierde. Es así que al día siguiente, en el que se desarrolla la acción, Joe (Anthony La Paglia) le ordena recuperar lo perdido, mientras de muy mala gana se prepara para el “Día de Rex Manning”, pues recibirán la visita de este cantante (que bien podría ser una parodia del líder de T-Rex, Tommy Bolan) que resulta ser un tipo ególatra, despectivo y autocomplaciente. La única persona emocionada con la visita es Corey (Liv Tyler) una joven con algunos problemas de bulimia y baja autoestima que espera perder la virginidad con Manning, mientras AJ (Johnny Withworth), busca la manera de declararle su amor. Paralelo a eso, se desarrolla la trama del posible suicidio de Deb, una joven entre punkie y gótica, bastante ácida y amargada, que terminará fingiendo su propio funeral para comprobar si realmente vale la pena vivir. A eso se agrega la irrupción de un ladronzuelo menor de edad que se hace llamar Warren Beatty (Brendan Sexton III) y múltiples situaciones cómicas a cargo de Mark (Ethan Embry), otro de los dispares dependientes de esta tienda que, sin embargo, es capaz de unirlos a todos en torno a un objetivo común: salvarse de la venta.
Ya lo dije. No es una gran película, pero si tiene un tremendo atractivo en base a las características de sus personajes que se convierten en deliciosos retratos de la juventud de comienzo de los 90 y eso es suficiente para explicar el apego que los fans tienen por este film menor, pero aún así entrañable y con algunas secuencias muy interesantes, como la discusión entre Corey y Gina, en la que ambas se acusan mutuamente entre lágrimas y gritos para terminar, otra vez, de los más amiguis luego del desahogo. Y ya que hablamos de estas dos chicas, es un hecho que este film fue el que proyectó sus carreras artísticas, convirtiéndolas en estrellas internacionales, protagonistas de películas taquilleras y ganadoras de premios. Y aunque no llegaron al nivel de Tyler y Zellweger, otros actores de la cinta también proyectaron sus imágenes gracias a esta cinta, como Ethan Embry, Robin Tunney y Rory Cochrane.
Una película menor, pero con muchas gracias, llena de nostalgia, bien interpretada, con una banda sonora más que decente (y en la que destacan Toad The Wet Sprocket, Edwin Collins, Better Tha Ezra, The Cranberries y Gin Blossoms, entre otros) y cargada de recuerdos de una época que para muchos puede haber sido mejor, por lo menos, musicalmente hablando. No me encuentro dentro de ese lote, pero sí debo reconocer que es una de las películas con las que me quedo pegado en el cable, no sólo por lo ágil y divertido de su guión, si no que también por la banda sonora y porque, mal que mal, Liv Tyler se ve tan dulce y angelical que es imposible cambiar el canal, esperando que aparezca de nuevo en pantalla…
LA PELICULA
Empire Records
(Empire Records)
1995
90 minutos
Dirigió Allan Moyle
Escribió Carol Heikkinen
Produjeron Tony Ludwig, Arnon Milchan, Michael G. Nathanson y Alan Riche
Editó Michael Chandler
Música de Mitchell Leib
Fotografía de Walt Lloyd
Con el paso del tiempo, esta humilde película para adolescentes rockeros, se convirtió en un film de culto, a tal punto de tener una edición especial con casi veinte minutos que quedaron fuera del film originalmente estrenado en 1995, fecha en la que no mucha gente le dio pelota.
Empire Records no es una gran película, aunque no por eso deja de ser interesante. Basada en algunas de las experiencias de Carol Heikkinen (su guionista) como dependiente de una de las sucursales de Tower Records, demoró bastante tiempo en despertar el interés de algún productor. Su director, Allan Moyle, es un tipo más bien dedicado al cine independiente y a los documentales relativos al tema musical. Sus dos mayores éxitos de taquilla podrían ser Times Square (1980), que no alcanzó a terminar totalmente al ser despedido por el productor, y otra de adolescentes pero mucho más mamona, Suban el Volumen (1990) con John Cusack. Empire Records, va por el mismo lado, es una película destinada a jóvenes un tanto rockeros, que retrata un complicado día en una tienda musical independiente, que está a punto de ser vendida a una cadena comercial que la convertirá, bueno, ya saben, en una más de consumo masivo y pop. Lucas (Rory Cochrane) toma la recaudación del día anterior con la intención de apostar y multiplicar el dinero para así, evitar la venta, pero lo pierde. Es así que al día siguiente, en el que se desarrolla la acción, Joe (Anthony La Paglia) le ordena recuperar lo perdido, mientras de muy mala gana se prepara para el “Día de Rex Manning”, pues recibirán la visita de este cantante (que bien podría ser una parodia del líder de T-Rex, Tommy Bolan) que resulta ser un tipo ególatra, despectivo y autocomplaciente. La única persona emocionada con la visita es Corey (Liv Tyler) una joven con algunos problemas de bulimia y baja autoestima que espera perder la virginidad con Manning, mientras AJ (Johnny Withworth), busca la manera de declararle su amor. Paralelo a eso, se desarrolla la trama del posible suicidio de Deb, una joven entre punkie y gótica, bastante ácida y amargada, que terminará fingiendo su propio funeral para comprobar si realmente vale la pena vivir. A eso se agrega la irrupción de un ladronzuelo menor de edad que se hace llamar Warren Beatty (Brendan Sexton III) y múltiples situaciones cómicas a cargo de Mark (Ethan Embry), otro de los dispares dependientes de esta tienda que, sin embargo, es capaz de unirlos a todos en torno a un objetivo común: salvarse de la venta.
Ya lo dije. No es una gran película, pero si tiene un tremendo atractivo en base a las características de sus personajes que se convierten en deliciosos retratos de la juventud de comienzo de los 90 y eso es suficiente para explicar el apego que los fans tienen por este film menor, pero aún así entrañable y con algunas secuencias muy interesantes, como la discusión entre Corey y Gina, en la que ambas se acusan mutuamente entre lágrimas y gritos para terminar, otra vez, de los más amiguis luego del desahogo. Y ya que hablamos de estas dos chicas, es un hecho que este film fue el que proyectó sus carreras artísticas, convirtiéndolas en estrellas internacionales, protagonistas de películas taquilleras y ganadoras de premios. Y aunque no llegaron al nivel de Tyler y Zellweger, otros actores de la cinta también proyectaron sus imágenes gracias a esta cinta, como Ethan Embry, Robin Tunney y Rory Cochrane.
Una película menor, pero con muchas gracias, llena de nostalgia, bien interpretada, con una banda sonora más que decente (y en la que destacan Toad The Wet Sprocket, Edwin Collins, Better Tha Ezra, The Cranberries y Gin Blossoms, entre otros) y cargada de recuerdos de una época que para muchos puede haber sido mejor, por lo menos, musicalmente hablando. No me encuentro dentro de ese lote, pero sí debo reconocer que es una de las películas con las que me quedo pegado en el cable, no sólo por lo ágil y divertido de su guión, si no que también por la banda sonora y porque, mal que mal, Liv Tyler se ve tan dulce y angelical que es imposible cambiar el canal, esperando que aparezca de nuevo en pantalla…
LA PELICULA
Empire Records
(Empire Records)
1995
90 minutos
Dirigió Allan Moyle
Escribió Carol Heikkinen
Produjeron Tony Ludwig, Arnon Milchan, Michael G. Nathanson y Alan Riche
Editó Michael Chandler
Música de Mitchell Leib
Fotografía de Walt Lloyd
Actuaron Anthony La Paglia, Rory Cochrane, Liv Tyler, Renee Zellweger, Debi Mazar, Maxwell Cauldfield, Robin Tunney, Ethan Embry, Brendan Sexton III, Johnny Withworth, Coyote Shivers y Tobey Maguire, claro que su papel fue eliminado de la edición final…
2 comentarios:
Es Marc Bolan de T.Rex. ¿Aunque Rex no será más parecido a Meat Loaf? J
Saludos.
Oops, tienes razón, me confundí con un guitarrista de Deep Purple post-Blackmore, nombres parecidos, jajajajajaja... de todos modos, bien podría ser Meat Loaf, jajajajaja...
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