10.02.2008

A MÉLIÈS CON CARIÑO: El Cristal Oscuro


Una película de aventuras sin ningún humano en pantalla

Título Oríginal: The Dark Crystal
Año: 1982
Director: Jim Henson y Frank Oz
Escrita por: Jim Henson y David Odell
Reparto: no hay, como dije, no hay humanos en esta película, solo marionetas.

Como había dicho en un post anterior, cuando cité a "Excálibur" dentro de CINEMA INFERNO, la verdad no me sentí demasiado cómodo así que sin pedirle permiso a nadie, decidí crear una nueva sección enfocada al cine fantástico y de aventura, algunas ya han sido referidas por mi socio presente en letras y espíritu así que de ahora en adelante nos pelearemos más por ver quien escribe primero acerca de una película.
El título de la sección se refiere al primero que se le ocurrió que la novedad del cinematógrafo podía servir para contar historias que por su puesta en escena, eran muy difíciles o prácticamente imposibles de realizar en teatro, al celebérrimo George Méliès, el primero en entender que el cine sirve para crear nuevos mundos distintos a este que tenemos en donde evadirse y viajar para deleite de los sentidos (algo que muchos cineastas chilenos se niegan a aceptar). Quizás este pequeño homenaje no signifique mucho comparado con que el premio del círculo de festivales fantásticos de Europa se llame el Méliés de Oro y que para clasificar a dicho honor la película tiene que haber ganado al menos un Méliés de Plata en uno de los 30 festivales de Cine Fantasticos asociados, pero bueno, le lleva cariño este homenaje.

Quise partir con una de mis regalonas, la hermosa y tétrica película El Cristal Oscuro (también conocida como el Cristal encantado) de Frank Oz y Jim Henson. Para empezar, es obvio que hay que hablar de los Muppets y su creador Jim Henson, un tipo que tenía muy claro que a todos le gustan los títeres (Han visto a los niños chicos gritar hasta el paroxismo cuando el títere malo aparece con un palo detrás del bueno?) y que siempre llaman la atención, además de ser un arte muy complejo y subvalorado. A principio de los 50 comenzó con una serie llamado Sam y amigos, con un perro peludo llamado Rowl, la palabra Muppet es una mezcla entre marioneta y títere en inglés, ya que la técnica de Henson era precisamente eso, algo de títere con la mano adentro y algo de marioneta con alambres y palos, luego vino Plaza Sésamo y luego en Inglaterra hizo El Show de los Muppets (yo lo veía en el canal 11 después del tren zoológico de los animales y antes de Verano Azul, por alla por 1983). Henson y su "creature shop" se dedicaron desde ese entonces a desarrollar técnicas de titeretería (busqué en el diccionario y la palabra si existe) y a crear una sana competencia entre otras creature shop's famosas como la de Stan Winston, que llevó la técnica a niveles insospechados y a crear maravillas tecnológicas tales como el motion capture, la animatrónica y sentar las bases de lo que hoy es el chiche audiovisual, la animación 3-D, que se han usado en cine, medicina, sociología, antropología, diseño industrial y otras ramas de la ciencia. Trístemente, Jim Henson murió en 1990 producto de una neumonía fulminante, dejando muchos proyectos inconclusos y quizás cuanta maravillosa historia o personaje sin salir aún de su cabeza.
Cuando Henson era famoso, platudo y poderoso, decidió demostrar que lo suyo no solo era hacer personajes simpaticones y queribles como Rowl el perro o la Rana René, se puso un velo oscuro en los ojos y con la ayuda de Frank Oz (que había operado a Yoda en El Imperio Contraataca...un titere de Henson, por supuesto) hizo... El Cristal Oscuro.

Cuenta la historia que en un mundo fantástico, el poder estaba balanceado por un cristal mágico que contenía la magia del mundo, un día hubo una fractura en el cristal y la raza mágica que lo protegía, los Ureksis, se dividió en dos, los Urus y los Skeksis. Los primeros místicos, pacíficos y respetuosos de la vida, los segundos ambiciosos, voraces y destructivos. Mil años después los últimos sobrevivientes de una raza de seres pequeños llamados los Gelflings, recobran el fragmento del cristal y se dispone a restaurarlo para devolver el balance al mundo antes que los Skeksis lo destruyan por completo.
Las reminiscencias tolkenianas son más que evidentes, sobre todo porque Henson era un fanático de ese tipo de ficción. La película se aleja totalmente de lo que antes había hecho Henson, los personajes son mucho más complejos y elaborados en su factura y operación, algunos de ellos tomaban hasta 5 personas en operarlo, a la vez de las motivaciones y espíritu de cada uno de ellos. Esta fue una película de rodaje extensísimo y de alta complejidad técnica, si bien ya se había experimentado mucho en otras películas como Star Wars, Henson siempre se estaba empujando al borde de sus capacidades técnicas e innovando, por lo que en esta película uno ve desde simples títeres, marionetas, hombres disfrazados, animatrónica, monstruos zancudos, cangrejos gigantes, buitres, hasta lo inimaginable... uf, es de principio a fin un festín visual sustentado en una simple, pero muy buena, historia... la misma de siempre, el bien y el mal frente a frente y el destino del bien en las manos más frágiles posibles.
Yo tuve el placer de ver esta película en esas interminables funciones rotativas en el cine Huelén, hoy convertido en cine porno, y posteriormente me enganché a la televisión cada vez que la daban (aunque una vez los irresponsables de TVN la pusieron mal y con los comerciales encima de la película, quedaba toda cortada y se entendía muy poco). Pero desde aproximadamente 1990 la película simplemente desapareció de mi vista hasta que, gracias a la maravilla del DVD apareció en una de esas bellísimas distribuidoras de películas para el hogar  (Nota al editor... podríamos pedirle un auspicio no cree?, los estamos dejando como reyes). Allí encontré una bella edición de colección con todo los extras habidos y por haber y con una versión restaurada en imagen y sonido. 
A pesar de la magia de la tecnología actual, lo más atractivo de la película sigue siendo el hecho que sean títeres, que aún con lo avanzado que está la animación CGi o 3D, sigue viéndose más real que cualquier animación, aunque debo reconocer que Wall-E está muy, pero muy, cerca. Debe ser porque la sensibilidad humana detrás de la operación de los títeres no hay máquina que la pueda igualar... por ahora.
Otra cosa que me dio gran placer fue el poder sentarme con mis hijos a verla, sentirme niño nuevamente ahora en su compañía y asombrarme de verlos tranquilos y embobados con una película que tiene solo unos poco años menos que yo.

Probablemente no sea recomendable para niños muy pequeños porque igual hay algo de violencia y oscurantismo que puede asustarlos, pero vale la pena darle una revisada. Se prepara para el año siguiente una secuela animada en 3-d. El poder del Cristal Oscuro, dirigida por Gendy Tartakowsky, conocido por haber creado El Laboratorio de Dexter, puede que rescate la historia y los personajes pero, no será lo mismo que ver a estos maravillosos títeres-marionetas.


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