Ante el inminente estreno de Cuenta Regresiva (Knowing), su más reciente cinta, no me queda otra que recordar la que quizás es la más lograda película del realizador australiano Alex Proyas, de quien además disfrutamos de cintas como Yo, Robot (2004) y El Cuervo (1994).
No es que su filmografía sea un asco, pero desde una perspectiva muy personal, me parece que Ciudad Oscura es un digno producto de ciencia ficción, a pesar de su bajo presupuesto (no más de 30 millones de dólares, una porquería). Tampoco es posible comprarlo con sus otras obras, aunque si quizás valga la pena hacer referencia la influencia estética de La Ciudad de los Niños Perdidos (Jean Pierre Jeunet), aparecida un año antes, pero anterior a la sobrevalorada Matrix (Hermanos Wachosky, 1999) que seguramente algo sustrajo de la iconografía propuesta por Proyas en esta cinta que se desarrolla a oscuras, siguiendo los pasos del atribulado John Murdoch (Rufus Sewell) que, una noche, despierta junto a un cadáver salvajemente mutilado. Al parecer, es una asesino en serie, pero él no está muy convencido de eso. Tan perdido como el espectador durante los primeros minutos de la cinta, se lanza en la búsqueda de la verdad, seguido por un aburrido detective (William Hurt), ayudado por su esposa (Jennifer Connelly, regia y estupenda como de costumbre) y por el doctor Schreber (Kiefer Sutherland en plan de científico loco y tullido) que le irá explicando con cuentagotas que toda la ciudad no es más que un complejo terrario experimental a través del cual los misteriosos Extraños buscan conocer el alma y la mente humana. Son estos Extraños los que persiguen a Murdoch a lo largo de toda la película pues al parecer él es el único que posee similares poderes psicokinéticos y por lo tanto, el que está destinado a joderles el plan.
La gracia de Proyas es que no se hace zancadillas. Con un guión sencillo pero sólido, sin vueltas de tuerca innecesarias, logra que el espectador se haga cómplice del calvario y la búsqueda de Murdoch en una ciudad que vive a oscuras, en donde los humanos-conejillos-de-indias no tienen idea de lo que ocurre ni se preguntan jamás por la ausencia del sol. Quizás por eso, los aterradores descubrimientos que Murdoch va haciendo se hacen tan sorpresivos y terribles tanto para él como para el observador.
Mención aparte merece la sólida puesta en escena de Proyas y las monumentales transformaciones de la ciudad insomne, en secuencias que no dejan de recordar a la legendaria Metrópolis de Fritz Lang. En medio de este paisaje y al límite de la paranoia, nuestro personaje principal huye, se esconde y busca las claves del misterio que lo rodea, desembocando en un final épico y de proporciones dantescas.
Ya lo dije e insisto: se agradece la simpleza sólida del guión, caractéristica primordial en el cine de Proyas. Lo repito porque a veces me aburren los escritores que se las dan de inteligentes y en medio de profundas, absurdas e innecesarias observaciones metafísicas y filosóficas, terminan matando con su pretensión las mejores ideas. Por lo menos Proyas se da el lujo de escribir y dirigir una historia que si bien no quedará en los anales del cine, es efectiva y logra su cometido...
Traten de verla antes de arriesgarse con Cuenta Regresiva. Si bien no tienen nada que ver, es bueno echarle una mirada a este interesante realizador que hasta ahora, no me ha desilusionado... Y espero que esta no sea la ocasión...
LA PELICULA
Ciudad Oscura
(Dark City)
Dirigió Alex Proyas
Produjeron Alex Proyas, Andrew Mason, Michael De Luca y Brian Witten
Escribieron Alex Proyas, David S. Goyer y Lem Dobbs, basados en una historia original de Proyas
Fotografía de Dariusz Wolski
Editó Dov Hoenig
Música de Trevor Jones
Actuaron Rufus Sewell, Jennifer Connelly, Kiefer Sutherland, William Hurt, Richard O'Brien y un montón de secundarios narcolépticos...
1 comentario:
como complemento: "Knowing" o cuenta regresiva, de ALex Proyas es una gran película; mantiene el suspenso, la atención..aún cuando la trama sea bastante desfachatada...pero se sostiene solita y al final ...el final es notable, ciertas alegorías religiosas que de verdad me agradaron.
Recomendable para quien quiera una película con un poquito más de sinapsis que el resto.
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