Blog para cinéfilos y melómanos... Para ver el cine con otros ojos y escuchar la música con nuevos oídos...
sNaKeEyEs (Editor)
Saludos, cinéfilos/as y melómanos/as!
Estimadísimos/as navegantes de la red... Quien les escribe junto a un grupo de amigos hemos decidido abrir este nuevo espacio para comentar y debatir acerca de dos temas que son parte de nuestra vida: CINE Y MUSICA. Habrá de todo un poco: películas y música pop, grandes clásicos, rarezas, filmes y discos de culto o también esas joyitas desconocidas que queremos compartir con todo el mundo... Lo importante es que podamos abrir un pequeño espacio en el que mostrar todas esas cosillas que nos gustan o detestamos para compartir impresiones o bien, abrir los ojos, los oídos y la mente de vosotros/as, desprevenidos navegantes de la red que andan en busca de distracción, algo nuevo que ver/escuchar o simplemente un pequeño espacio donde encontrar a otros personajes con gustos similares... Saludos entonces, desde el mundo de las imágenes y el audio y comencemos este nuevo viaje audiovisual...
Tuve que esperar una semana para digerir la noticia de la muerte de Christopher David Allen; hay cosas que no asumo de buenas a primeras y si bien, desaparecer de este mundo es algo para lo que nacimos y creo que debemos tomarlo de la manera más natural posible, hay algunas partidas que me afectan más ya que a pesar de nunca haber conocido ni estado remotamente cerca de Daevid Allen, su música, sus locuras, su forma de ver la vida me ha acompañado por tres cuartas partes de mi vida...
Y es que era un pendejo de trece años que recién comenzaba a paladear el rock progresivo y todas sus expresiones cuando cayó en mis manos (gracias a mi hermano DJ Pejerrey) un casete de Gong, específicamente el Live, etc de 1977. Jamás en mi perra vida había escuchado semejante desfachatez musical (hasta que poco después me encontré con Zappa y Arthur Brown) liderada por la voz nada armoniosa de este clown flaco y desgarbado que había logrado lo que muchos sólo habían aspirado: convertir la música sicodélica en un verdadero viaje por sensaciones y emociones, en un marasmo orgiástico de notas, melodías y secuencias que iban de lo épico a lo más experimental, sin dejar de lado el humor e intrincadas secciones que asombran aún por su potencia enajenada y composición de magnífica calidad.
Así comenzó este pololeo con Gong y con el inefable Daevid Allen, un personaje de la música alternativa que fue capaz de reunir en sus proyectos (casi siempre junto al amor de su vida, Gilli Smyth) a una nada despreciable cantidad de músicos de diversos países, pero cuál de ellos dotado de más talento y locura, conformando con ellos las distintas etapas de su carrera, incluso hasta el 2014 cuando la banda editó el potente I See You, en fechas en que el cáncer ya se convertía en una amenaza para su vida.
Uno quiere creer que personas como estos no van a morir. Su desplante en el escenario, escuchar la voz inalterable a pesar del paso de los años, su talle de viejo choro y en ácido eran elementos que lo convertían más en un personaje como los que plasmó en sus discos, que en un músico cualquiera.
Me extrañó que mediáticamente su deceso no fuera más comentado e incluso analizado, considerando su influencia y la de Gong en la historia del rock desde comienzos de los 70 a la fecha; la trilogía Radio Gnome Invisible es una piedra angular para todo aquel músico que se precie de gustar de la sicodelia de los 70, pero claro está, las percepciones son tan parciales y sesgadas que dentro de mi pequeño mundo y el de mis amigotes progresivos, la partida de Allen es el fin de una época, no así para muchos de aquellos que se precian de melómanos y que devanean sobre tópicos si bien interesantes, pero poco profundos y hasta repetidos hasta el hartazgo. Quizás por ello, el deseo de rememorar el momento en que escuche los primeros y alucinantes minutos de You Can Kill Me, o sentí el pecho comprimido al escuchar Master Builder o no supe qué sentía concretamente mientras los parlantes disparaban ráfagas de Isle of Everywhere, mientras me iba alimentando de las leyendas lisérgicas de Monsieur Allen y compañía, recorriendo con la oreja abierta cada detalle de su discografía junto a su hijo predilecto, Gong, o en otras mescolanzas en las hizo de solista junto a varios de sus cercanos, y en donde destaca el desgarbado Bananamoon, el brillante Good Morning!, N'existe Pas! o más recientemente Stroking the Tail of the Bird, sin olvidar aquella entrañable rareza musical experimental que es University of Errors.
Si Allen hubiese sido menos talentoso, crítico, visceral y descontrolado, probablemente su música lo hubiese llevado a convertirse en uno de los grandes ídolos del pop o del rock de los 70. Afortunadamente, su cerebro y alma iban por otros caminos, más difíciles de recorrer, pero más plenos en cuanto a creatividad... Por eso esto humilde homenaje de un simple periodista adicto a la música, que en muchos momentos de su vida tuvo a Allen y Gong como parte de la banda sonora de su vida y que siente que hoy, hay un gran vacío en la música sicodélica y experimental con la partida de Dingo Virgin al mundo etéreo de las teteras voladoras (que Florcita Motuda copió descaradamente para sus programas infantiles de comienzos de los 80), dejando un legado quizás subterráneo, pero no por ellos menos importante e imponente, refrendado por quizás pocos pero fieles fans que encontraron en su música la iluminación que buscaron ansiosamente sin hallarla en ninguna otra parte...
No menos importante: Allen fue el co-fundador de otra banda que es inevitable no mencionar en la historia del rock como fue Soft Machine, lo que realza aún más el tamaño gigantesco de este pedazo de músico, poeta, cantante y compositor que agitó el mundo de la música desde los años 60 en adelante.
Por eso, hasta pronto y nos seguimos escuchando, Extraterrestre Dividido...
Al
menos para mí, este es sin duda el mejor disco del 2014. Aunque se puede palpar
claramente el sonido característico de la banda formada actualmente por Peter
Nicholls, Mike
Holmes, Tim Esau, Paul Cook y Neil Durant da un giro que ya se había anunciado
en su producción anterior, Frequency, imponiendo un sonido poderoso, a veces
brutal, pero a la vez fresco y enajenante. Un masterpiece de comienzo a fin y
un “must have” que todo fan del prog debe tener en su colección.
2.-
IAMTHEMORNING - Belighted
El
tecladista y compositor Gleb Kolyadin junto a la estupenda y soberbia vocalista
Marjana Semkina nos deleitaron este año con la segunda producción de esta banda
que, de seguir así, pinta para el panteón del prog. Después del notable ~(2012), los rusos se despacharon otra obra mayor con este delicado, nostálgico
y épico Belighted del que les dejo una mascada…
3.-
KAUKASUS - I
Se
trata de un megatrío noruego formado por Ketil Vestrum Einarsen (Jaga Jazzist,
Motorpsycho), Rhys Marsh (Opium Cartel) y el que a mi juicio es uno de los
mejores bateros de las últimas décadas, Mattias Olsson (Änglagård, White Willow).
Aquí, una probadita del discazo que se despecharon este año.
4.-
OPETH - Pale Communion
Debo
decir que nunca he sido fanático de Opeth, pero sus discos no dejan de
provocarme cierto agrado y este en especial, una gran y grata sorpresa, sobre
todo porque estos muchachos hace rato que demostraron haberse salido de todo
molde e imponer un estilo propio aunque siempre dúctil y arriesgado, jugando
con estilos, formas y fórmulas con una envidiable calidad. Aquí, el disco
completo…
5.-
HIBERNAL - Replacaments
Cuando
el género post-rock parece agotado, llega la segunda producción del multiinstrumentista
australiano Mark Healy y vaya que agrado escuchar que a pesar del desgaste y la
monotonía en que muchas veces las bandas de este género suelen caer, existen
discos como este, llenos de atmósferas, golpes emocionales puros y directos y
la intención perfectamente cumplida de mantener con la oreja pegada a la música
que se desliza como un cuento de ciencia ficción por tus oídos… Para muestra,
un botón…
6.-
MOTORPSYCHO - Behind the Sun
Hay
pocas bandas contemporáneas en el ámbito del prog que se den el lujo de sacar
casi un disco por año. Estos chicos noruegos pueden decir con toda propiedad que
lo hacen y más todavía, que la mayor parte de su producción es de una tremenda
calidad. Escojo a este álbum como uno de los mejores del año no sólo por sus
cualidades intrínsecas, sino que además porque es inevitable no recordar lo
mejor del Yes de los 70 en varios pasajes…
7.-
KANT FREUD KAFKA - No Tengas Miedo
España
nunca deja de seducir y sorprender en el género prog y es por ello que no puedo
saltarme la oportunidad de meter en mis favoritos de este año 2014 a los chicos
de Kant Freud Kafka con este discazo conceptual que despaturra. Prog sinfónico
de alta alcurnia para deleitar las orejitas…
8.-
RICK MILLER - Heart of Darkness
Este
canadiense tiene ya una carrera de más de veinte años, con un inicio bastante
irregular, pero que se ha asentado a partir del año 2008 de manera consistente
para desembocar en esta obra maestra que no deja de recordar algunos de los
discos más inspirados de Steve Hackett ni lo más atmosférico de Pink Floyd. Con
esas referencias, déjense llevar no más y escuche…
9.-
PERFECT BEINGS - Perfect Beings
Desde
Estados Unidos nos llega el álbum debut homónimo de esta banda que promete. Se
trata de un álbum muy bien logrado, lleno de momentos de exquisita belleza,
atmósferas volátiles, muy buenas letras y totalmente sobrecogedor en más de una
de sus secciones. Otro de los “must have” que nos dejó este 2014 y he aquí, una pequeña muestra...
10.-
HEMINA - Nebulae
No
soy un gran fan del metal progresivo salvo sagradas excepciones, pero esta
banda australiana de verdad se las trae y este, su segunda álbum, de verdad es
una tromba que no te puede dejar indiferente: Potente, bien hecho, lleno de
variables sin perder la línea que conduce cada tema y de excelente factura
técnica… Nada más, escuchar uno de los temas que lo conforman.
11.-
KAYO DOT - Coffins on Io
Y
del extraordinario pero extrañísimo cerebro del señor Toby Driver, surge este
disco que sin dudas, no sólo reafirma el nivel superior que la banda se ha
ganado con el tiempo y al mismo Driver como uno de los grandes compositores de
estas últimas décadas (para mí, es como el gemelo esquizofrénico de Steve
Wilson), sino que además, se instala como uno de los discos más interesante en
cuanto a propuesta estilística de este 2014. Les dejo un aperitivo para que lo
disfruten…
12.-
DEWA BUDJANA (con Jimmy Johnson y Vinnie Colaiuta) - Surya Namaskar
Tremendo
guitarrista y compositor indonesio este Budjana, quien ya lleva diez años
trabajando como solista. Este año, se despachó lo que para mí, es lo mejor del
jazz fusión, sin desmerecer para nada a otros álbumes del género, pero es cosa
de gustos… Los invito a escuchar lo que Budjana nos dejó de herencia este 2014
(y de pasada, échenle una mirada a la guitarrita que usa mi compadre)…
13.-
FACTOR BURZACO - III
Este
pedazo del mundo no puede quedarse al margen de esta selección y es por eso que
entre lo mejor de este año, he decidido incluir la tercera entrega de esta
impresionante agrupación argentina liderada por Abel Gilbert y Carolina Restuccia,
que mantiene, refuerza y mejora el particular sonido que han impreso en su
música desde hace aproximadamente ocho años. Aquí, el disco completo de esta
bandota…
14.-
DEVIN TOWNSEND - Casualties of Cool
Infaltable
en este listado con lo mejor del 2014 es este disco, el más reciente del “científico
loco del rock”… Se trata de más de una hora de música en la que Townsend
nuevamente demuestra que es capaz de pasearse sin ningún problema por lo más
amplio del espectro musical, esta vez en compañía de la vocalista y guitarrista
Ché Aimee Dorval y de músicos invitados entre los que destaca un integrante de
Kaipa y otro de Jaga Jazzist ¿Es necesario agregar algo más al talento y al
genio de Townsend? Sí, una temita…
15.-
TIM BOWNESS - Abandoned Dancehall Dreams
Se
agradece el regreso del británico a su intermitente carrera como solista, fuera
de No-Man y otras iniciativas y colaboraciones. Este disco de verdad sorprende
por su calidad, delicadeza y emocionalidad además de la exquisitez puesta en
cada detalle de la composición e instrumentación, eso, sin nombrar que Bowness
se rodeó nuevamente de nombres y talentos estelares para concretar esta álbum,
entre ellos su compadre Steve Wilson, Richard Barbieri, Colin Edwin y Pat
Mastelotto… Si quieren algo más, es que ya son una sarta de regodiones…
16.-
LIGHT DAMAGE - Light Damage
Otra
banda debutante esta vez, proveniente de Luxemburgo. Sonido sinfónico a rabiar,
lleno de cambios, momentos épicos y pleno de detalles exquisitos. Un manjar
para los oídos de aquellos que somos fanáticos del prog más clásico. Disfruten…
17.-
DAAL - Dances of the Drastic Navels
Después
del fantástico Dodecahedron, estos italianos sorprenden con esta obra maciza,
ecléctica, asombrosa en todo el sentido de lo musicalmente permitido. Si bien
desde mi punto de vista no está al nivel del disco mencionado publicado el
2012, es sin dudas un paso gigante para asentar a esta banda como una de las
que posee una de las propuestas más interesantes, potentes y caleidoscópicas
del prog en estos días… Aquí, un ejemplo de ello...
18.-
PYMLICO - Guiding Light
Tercera
álbum en estudio de esta banda noruega que merece un espacio en este listado,
debido a que por fin asientan un sonido propio, muy particular, pero a la vez
en el que es fácil detectar influencias y cercanías. Un disco redondito, aunque
deja gusto a poco, más que nada por ciertos puntos en los que el oyente siente
que algo faltó por hacer, quizás un momento épico, quizás una atmósfera no
totalmente concretada, pero finalmente una pieza que te deja profundamente
agradecido de haberla disfrutado de comienzo a fin. Les dejo un temita para que lo disfruten...
19.-
SWANS - To Be Kind
Debo
reconocer que por ahí hay mejores discos que este, pero Swans es uno de mis
grandes placeres y aunque pierdo un poco de imparcialidad, vale la pena tenerlo
en cuenta dentro de lo mejor de este 2014.
Después
del reencuentro de esta banda el 2010 y del alucinante The Seer, debo reconocer
que al comienzo To Be Kind me desilusionó, pero dándole nuevas oportunidades,
se convirtió en un “must have” que ustedes, querido terrícolas, también
debieran tener en su panteón… Les dejo un canapé…
20.-
NICHELODEON + INSONAR - Ukiyoe, Mundi Fluttuanti
En
esta selección de lo mejor del 2014 no puedo dejar de mencionar el asombroso
trabajo de mi amigo Claudio Milano junto a Paolo Siconolfi en este extraordinario
disco que se pasea mágicamente por lo más selecto del avant garde y del RIO. Un
disco feroz, atmosférico y mágico que vale la pena destacar dentro de lo más
selecto del año que se nos va. Aquí, un botón...
BONUS
TRACK
PROYECTO
WAGEMANN
Mis
amigazos Jaime Arancibia y Oscar Arias aún no sacan disco, pero esta muestra es
suficiente para augurar un futuro tremendo con este experimento prog
electrónico que nos recuerda lo mejor de Klaus Schulze, Tangerine Dream y
Robert Rich… Disfruten este video, terrícolas…
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Desde ya, les deseo a todos/as un excelente 2015 y que el prog nos siga elevando...
Es difícil hacer una buena película de acción, aunque los más puristas y fans del cine independiente no lo crean. Son pocos los clásicos que se disfrutan sin importar el paso de los años y el Robocop de Paul Verhoeven es, al menos para mí, una de esas cintas sagradas el género.
La cinta del holandés, un experto en el género, está construida sobre conceptos que parecen muy sencillos, aunque ocultan interesantes segundas lecturas, enhebrados en torno a un guión sencillo, pero claro, directo y sólido: En un distópico Detroit, el crimen es pan de cada día. Ahí llega Murphy (Peter Weller) un policía incorruptible que en una de sus primeras misiones es emboscado junto a su compañera Lewis (Nancy Allen) por la banda de narcos mercenarios liderados por Clarence Boddicker (Kurtwood Smith). Mutilado y agonizando, se convierte en el conejillo de indias perfecto para el plan de Bob Morton (José Ferrer), el ambicioso ejecutivo de la todopoderosa OCP que lo convierte en un especimen mitad hombre - mitad máquina que basándose en unas pocas directivas (un guiño a las leyes de la robótica de Asimov), sale a hacer justicia a las corruptas calles llenas de delincuentes a punta de pistola, en medio de constantes huelgas de policías y desafiando el establishment moralmente decadente de la ciudad.
Las devastadoras críticas de cultos y profanos son las que hacen del cine de Verhoeven y de esta película en particular, una pieza deliciosa y muy característica del holandés: violencia a destajo, misoginia, un desprecio absoluto por la doble moral de una sociedad consumida por el capitalismo, en donde una máquina casi carente de sentimientos es la única herramienta capaz de traer algo de justicia y equilibrio.
Y si éstas eran algunas de las características del Robocop de Verhoeven, las mismas que la convirtieron en un clásico del cine futurista, dejándonos secuencias de violenta acción inolvidables -cómo no alucinar hasta hoy con Emil (Paul McCrane) bañado en ácido caminando por la fábrica abandonada hasta su macabro atropello-, la versión dirigida por el brasileño José Padilha (2014) deja mucho que desear, en primer lugar, por la pérdida absoluta de esa atmósfera futurista decadente, ausente de toda belleza, poblada por personajes bizarros y sin ningún atisbo de moral. Da pena ver como roles como los interpretados por Gary Oldman y Michael Keaton se pierden en una maraña de baratas observaciones sobre lo ético o no que fue mantener vivo a un Murphy (Joel Kinnaman) desabrido que luce quizás mucho más genial en cuanto a su armadura que el original, pero que entre tanta fritanga que le hacen el cerebro no parece tener muy claro para dónde va, en una de las más claras intenciones del guionista Joshua Zetumer de profundizar, sin ningún éxito, en las motivaciones más profundas de Murphy...
No era necesario. Una película de acción redonda como el Robocop de Verhoeven no debiera ser tocada. No es que sea una obra maestra del Séptimo Arte ni mucho menos, pero es un film digno, retorcido, deliciosamente imperfecto, abierta y hasta sarcásticamente violento, con un presupuesto risible a estas alturas de la vida, características que la remozada versión de Padilha perdió en algún momento, entre una danza de millones de dólares mal invertidos, quizás con la intención de abarcar a un público que el Robocop de Verhoeven no pudo tocar en su momento, quizás con la intención de profundizar en una historia bien hecha para el género tratando de convertirla en algo superior y claro, si de cine de acción se trata, no es muy conveniente darle esos toques de inteligencia e intelectualidad ya que el hijo bastardo suele nacer medio tonto, a medio camino entre una correcta cinta de pura acción y una intentona de drama que, a este género, no le hace nada de bien...
Al menos yo echo de menos el tipo de cintas paridas por la dura mano de Paul Verhoeven. Sé que no son de gusto de todos/as, pero al menos se aprecia una sinceridad casi infantil de retratar un mundo vacuo y violento tal como podría ser si seguimos cuesta abajo en la rodada, el tipo de películas hasta sin sentido como Hobo with a Shotgun (2011, Jason Eisener) o hasta la negrísima Sin City (2005, Rodríguez/Miller) en vez de cintas que caen en una vergonzosa pretensión como este Robocop de Padilha que hace desesperadamente a un fan del cine de acción como este viejo perro que les escribe, ver la a estas alturas jubilada versión de un verdadero clásico ochentero de acción y hasta una de esas apologías a la violencia que tanto molestan a ciertos sectores de nuestra sociedad...
Robocop (1987) Dirigió Paul Verhoeven Produjo Arne Schmidt Escribieron Edward Neumeier y Michael Miner Editó Frank J. Urioste Fotografía de Sol Negrin y Jost Vacano Música de Basil Poledouris Actuaron Peter Weller, Nancy Allen, Ronny Cox, Kurtwood Smith, José Ferrer, Ray Wise, Paul McCrane y un montón de cabros y cabras más malos que el natre... Robocop (2014) Dirigió José Padilha Produjeron Marc Abraham y David Newman Escribió Joshua Zetumer Editaron Daniel Rezende y Peter McNulty Fotografía de Lula Carvalho Música de Pedro Bronfman Actuaron Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Jackie Earle Haley, Michael Kenneth Willimas, entre otros, además de otras de las olvidablea apariciones de Samuel L. Jackson.
Luego de ver "Gravedad" (Alfonso Cuarón, 2013) esta tarde y coincidir con la crítica y buena parte del público en que es una de las mejores "películas espaciales" de los últimos tiempos, me di a la tarea de recordar que otros filmes, por distintos motivos, merecen estar en el panteón de las que al menos desde mi personal y siempre subjetivo punto de vista, son las mejores de este subgénero de la ciencia ficción.
El parámetro de elección es que se desarrollen en el espacio, probablemente en otro planeta o al interior de una nave. Es probable que de estas diez elegidas, más de una se me quede afuera. Claro, si es inevitable satisfacer todos los gustos y menos, dar con las diez correctas, pero aquí les dejo esta selección para que la comenten y por sobre todo, la disfruten. El orden es cronológico, quizás sólo con el humilde fin de aprovechar de hacer un recorrido histórico por estas joyas del cine.
1.- VIAJE A LA LUNA (Georges Méliès, 1902)
¿Qué no se ha escrito o dicho acerca de esta obra visionaria? Una mágica pieza que a los cinéfilos nos pone nostálgicos de aquella época en la que hacer películas era todo un descubrimiento y quién mejor que Méliès para invitarnos a mundo maravilloso, lleno de fantasía y trucos ingeniosos que ahora parecen de lo más infantiles, pero aún utilizados en tono de broma en la televisión.
Ya sé que es redundante repetir que el francés es un adelantado. Probablemente la puerilidad de la época le juega en contra a este clásico al momento de revisarlo, pero esa misma candidez la que también lo convierte en una joya necesaria de analizar en cualquier estudio posible del Séptimo Arte; una obra que exuda creatividad e ingenio y por sobre todo, esa magia que tanto se extraña muchas veces en el cine actual.
2.- IKARIE XB-1 (Jindrich Polak, 1963)
Conocida por estos lares como "Viaje al Fin del Universo", es una del piezas maestras del género de las "películas espaciales". Proveniente de la antigua Checoslovaquia, la cinta está ambientada en el año 2163. Una nave, la "Ícaro XB-1" es enviada de la Tierra a un planeta habitable ubicado en Alfa Centauri para asentar una colonia que a la larga, pueda permitir que la raza humana perdure. En el viaje, que dura poco más de dos años, los tripulantes que proceden de distintos países deben aprender a convivir entre ellos, soportar al tipo que se desquicia en medio del viaje y hasta enfrentar una amenaza creada por el propio ser humano y encarnada en una terrorífica nave que vaga en el espacio desde el siglo XX.
A saber: no cabe duda que Stanley Kubrick le sacó el jugo a esta película para hacer la celebérrima "2001" y algo parecido hicieron los creativos de "La Nave de la Muerte", aunque en tono de sentido homenaje. Se trata de una cinta que es como "El Planeta Prohibido", pero hecha en serio, con efectos especiales que para la época, eran (y aún son) espectaculares. Claro, se nota la mano (especialmente en los diálogos) que está basada en la novela "La Nube Magallánica" de Stanislaw Lem, por el peso de las palabras y de las historias que comienzan a retorcerse y enredarse al interior de la nave, sin que por ello se pierda interés en una historia que, por lejos, es una de las más brillantes del sci-fi previo a "2001". Y ojo, que no son pocos los que le deben y hasta le rinden homenaje a este película hasta el día de hoy.
3.- 2001: ODISEA DEL ESPACIO (Stanley Kubrick, 1968)
Para muchos, la madre de todas las películas modernas de sci fi, una marca que muy pocos le pueden quitar. Basándose en la novela de Arthur C. Clark "El Centinela", tanto el barbudo director como el mismo autor, se embarcaron en la confección de un guión a todas luces surrealista, lleno de guiños filosóficos en donde el paso de los minutos nos hace sentir cada vez más pequeños en un universo que nunca lograremos comprender totalmente.
Sin dejar de lado la poética en sus imágenes, quizás lo más extraordinario es la labor de Douglas Trumbull y Wally Veevers en cuanto a efectos especiales, quienes junto al mismo Kubrick lograron construir paisajes memorables y secuencias magníficamente orquestadas para lograr aquel efecto de ensoñación boquiabierta que aún fascina y sorprende; un verdadero deleite para todos los que buscan cine pensante y otra de esas cintas que todo cinéfilo debe ver necesariamente para entender buena parte de la historia del cine contemporáneo.
Aún y con pocas dudas, me atrevo a decir que es insuperable en el género y una de aquellas joyas que jamás pierden su brillo.
4.- SILENT RUNNING (Douglas Trumbull, 1972)
Y ya que estamos hablando del genial Douglas Trumbull, revisemos esta otra joya que nos dejó como herencia. En los países de habla hispana, esta peli fue conocida como "Naves Misteriosas", título menos que acertado para una cinta que debe ser una de las primeras ecologistas de los años 70.
Freeman Lowell (interpretado iluminadamente por Bruce Dern) es un botánico que está a cargo de una de las tres naves en donde la humanidad ha conservado toda la flora de la que aún dispone, en espera de recuperar el planeta que está convertido en un desastre. Una extraña orden (destruir todas las plantas y volver a la Tierra) hace que Lowell pierda la cordura y haga lo posible por salvar lo que llama "su" bosque, aunque eso signifique asesinar al resto de la tripulación.
Los mensajes de esta peli son más que claros, aunque lo que sobresale es el personaje de Dern que encarna los más altos ideales ecologistas pero al mismo tiempo, lo peor del ser humano. En medio de la locura que se desata allende Saturno, vale la pena destacar la aparición de los dos robots que Lowell reprograma y la inolvidable escena del juego de póker que, a la larga, se convierte en un devastador retrato de la rebeldía y la soledad.
Wikipedia aporta algunos datos interesantes sobre esta cinta: el guión fue hecho por Derick Washburn, el célebre Steven Bochco y el menospreciado Michael Cimino. Además, Trumbull trabajo junto al tremendo John Dykstra y a Richard Yuricich en los efectos especiales de la cinta mientras de manera paralela, hacían lo mismo para la película "La Amenaza de Andrómeda". Y por último, que Universal recicló las maquetas de las naves de "Silent Running" para la serie de TV "Battlestar Galactica" en 1978.
5.- SOLARIS (Andrei Tarkovsky, 1972)
Es otra de aquellas películas de las que ya se ha hablado en demasía y extensamente. El talento como realizador de Tarkovsky, el pulso envidiable y firme que tiene para hacer cine y esa tensión desesperante y feroz con la que disecta la historia (otra vez, basada en una novela de Stanislaw Lem) y a sus personajes quedan de manifiesto en una moderna fantasía cuyos escenarios remecen y ponen los pelos de punta, enmarcando una historia que nos lleva a mirar a los ojos a varios de nuestros miedos más íntimos: ¿Cómo nos enfrentamos a nosotros mismos? ¿Cómo nos relacionamos con los demás? ¿Cómo encaramos lo desconocido, lo incomprensible... lo inconmensurable?
Este primer coqueteo de Tarkovsky con el sci fi (más tarde haría la notable "Stalker") es un ejercicio lírico en donde la belleza de cada escena y acción es lentamente deglutida por la evolución del doctor Kris Kelvin (Donatas Banionis) mientras es poseído y hasta consumido por la extraordinaria presencia de Solaris, una figura metafísica que se comporta casi como un dios caprichoso concediendo miedos, placeres, culpas y deseos... Con esos elementos es que el ruso construye una de las obras sci fi más complejas hechas hasta la fecha.
6.- ALIEN (Ridley Scott, 1979)
Con todas sus letras, es hasta hoy, la mejor película de terror espacial que he visto. Si nos ponemos a contar cuántas cintas han imitado, homenajeado y parodiado a esta película, necesitaremos otra columna totalmente distinta. Está claro que hay ciertos guiños a la legendaria "Dark Star" que guionizó el mismo Dan O'Bannon, pero en esta ocasión el escritor arranca por otra vertiente totalmente distinta y gracias al pulso de Mr. Scott, nos ubicamos en el espacio, abordo de la nave comercial "Nostromo", en un viaje sin retorno, presionados por una atmósfera opresiva y perseguidos por una bestia que por el sólo hecho de haber sido creada por H.R. Giger ya es aterradora; una tragedia griega en donde la cacería se desata sin posibilidad que las presas puedan huir y en donde la desesperación, la ansiedad y el horror de la muerte segura se enseñorean a lo largo de toda la cinta.
Sin dudas, la mejor de la saga. Quizás sólo comparable a la tercera entrega dirigida por David Fincher y en donde Ripley (Sigourney Weaver) va a parar a un planeta prisión plagado de reos fanáticos religiosos. Inolvidables secuencias llenan los minutos de "Alien": la persecución por los ductos de ventilación en donde Dallas (Tom Skerritt) se convierte de cazador en presa o una semidesnuda Ripley haciéndole frente a la bestia ya son parte del necesario imaginario del sci fi que nos dejó esta película que rompió los esquemas del subgénero de las "películas espaciales" y además, el de los monstruos de otro mundo...
No se alarmen, no se me olvidó la legendaria escena de la muerte de Kane... Disfruten...
7.- ATMÓSFERA 0 (Peter Hyams, 1981)
Una de la grandes películas de sci fi olvidadas y despreciadas, pero que bien vale la pena rescatar. Sean Connery hace aquí el papel de O'Neil, un buen hombre con todas sus letras, que debe hacer un año de servicio en Io, una de las lunas de Júpiter, a cargo de la seguridad de una colonia minera. El problema es que llega un momento en que decide enfrentar la corrupción que anida en el lugar, liderada por Sheppard (Peter Boyle), el gerente de la faena, quien permite que sus trabajadores se droguen con un peligroso suplemento que si bien aumenta la productividad, también puede provocar sicosis y hasta la muerte de quienes lo consumen. De ahí en adelante, la película se convierte en una seguidilla de escabrosas persecuciones en medio del juego del gato y el ratón, con un hombre que no sólo busca hacer justicia sino que además salir vivo de ahí para volver con su familia.
En el fondo, "Atmósfera 0" es un western ambientado en el espacio. Los duelos de O'Neil con los sicarios enviados a terminar con su cruzada son los que llaman la atención porque, si bien las recreaciones en el espacio exterior no son de los mejor, sí cumplen con creces en cuanto a generar nervio y ansiedad. A eso contribuye la construcción de dos personajes muy fuertes, cada uno de ellos buscando prevalecer por sobre el otro con sus propias ideas, lo que transforma la película en una lucha de titanes, en un duelo que en algún momento, terminará enfrentando a estos dos antagonistas.
No es la mejor película sci fi de todos los tiempos, pero tiene la gran ventaja de estar muy bien dosificada, haciéndose hasta creíble en la mayor parte de sus pasajes, y en donde se nota la confiable mano artesana de Hyams para crear un buen y entretenido filme con muy pocos recursos.
8.- SUNSHINE (Danny Boyle, 2007)
Debe ser una de las películas más subvaloradas de este director inglés, al menos de su época post-Trainspotting. Mi compadre Rodrigo Muñóz Cazaux ya la había comentado así es que no vale la pena acotar mucho en cuanto a la trama: un grupo de científicos lidera una segunda misión al sol, luego de un primer intento que resultó en fracaso, con el propósito de explotar una bomba que reactive a la estrella y así, poder mantener la vida en la Tierra.
Plagada de imágenes que impactan por su belleza, logrando aquel efecto de hacernos sentir pequeños ante un universo que nos aplasta, los viajeros sospechan desde un comienzo que se trata de un viaje sin retorno aunque pugnan por convencerse de lo contrario. Plagada de observaciones tránsfugas acerca de la vida y la muerte, el elemento de quiebre, además de los disímiles caracteres de los mismos protagonistas, lo pone el hallazgo de la nave de la primera misión (he aquí otro ejemplo de las influencias de "Ikarie XB-1") y una avalancha de condimentos mesiánicos que calzan a la perfección con una trama que, aunque está a punto de hacerlo, no cae en el sopor de las observaciones extremadamente filosóficas, sino que mantiene el nervio entre estas apreciaciones y el suspenso necesario en la claustrofobia de una nave que se dirige a su desaparición segura. Una cinta notable y recomendable para todo fanático del sci-fi.
9.- WALL-E (Andrew Stanton, 2008)
Que una película para niños sea prácticamente sin diálogos y que aún así, mantenga el interés absorto de la audiencia que aún tiene costras en las rodillas, ya es un logro que me permite colocar esta cinta en mi selección. Que además su protagonista (una caja con ojos como dice mi amigo Muñóz Cazaux) provoque empatía hasta del corazón más duro, es otro punto a favor. Que se trate de una historia que logra conmover nuestra alma ecológica (sin dejar de lado algunos guiños a "Silent Ruinning") es otro poroto que se anota esta notable cinta de la factoría Pixar, en torno a una historia muy sencilla pero entrañable: un pequeño robot de limpieza pasa 700 años recogiendo y ordenando desperdicios, aunque increíblemente sus básicos circuitos logran concretar algo parecido al aprendizaje. La llegada de una robot más avanzada, EVA, rompe la rutinaria vida del pequeño WALL-E que se embarca en una aventura espacial que nos deja momentos memorables como el viaje del autómata hacia la nodriza "Axioma" o la caminata que ambos sintéticos hacen fuera de la nave, momentos que se tornan entrañables a más no poder. Todo eso, condimentado con una de las críticas más directas y divertidas al sedentarismo del ser humano y su dependencia exacerbada de la tecnología.
Un must have en cualquier listado sci fi que se haga de ahora en adelante.
10.- MOON (Duncan Jones, 2009)
Uno de los últimos clásicos que he sumado a mi listado de las mejores "películas espaciales" es esta oscura cinta británica protagonizada por Sam Rockwell en el papel de un minero que trabaja solo explotando un yacimiento lunar. Está a punto de terminar su contrato y regresar a la Tierra cuando sufre un accidente. Al despertar, se encuentra con él mismo, pero en una versión tres años más joven, lo que desencadena una serie de acciones que lo llevarán a descubrir el secreto que oculta la base.
Soledad, decadencia, la abrumadora falta de comunicación y la inquietante voz de Kevin Spacey (superando por lejos el temor que me provocaba HAL 9000 en "2001") son parte de una aventura que enerva y provoca crisis de pánico y ataques de ansiedad en la medida en que los secretos que oculta la base son develados en una obra redonda y que merece una y otra revisión para descubrir cada una de sus exquisitas maravillas.
Les dejo el trailer por si lo quieren ver y se tienten a echarle una mirada a esta extraña y atípica cinta que además, cuenta con una banda sonora de thriller regalo del señor Clint Mansell.
Bueno, ya les dije que varias se me deben haber quedado afuera, pero vengan sus aportes para hacer una segunda parte de las mejores "películas espaciales" de la historia del cine.
Afortunadamente, de tanto en tanto, llega una película relativamente interesante a nuestra salas de cine... Claro, si entre tanto producto comercial tipo "chicle", debe por obligación aparecer una cinta independiente aunque con un elenco de lujo, que en este caso, deconstruye y dirige en un sentido bastante original, sin dejar de lado e incluso revitalizando, los cánones ya conocidos del cine negro.
Martin McDonagh, escritor y director, se da el lujo de trabajar por segunda vez con Colin Farrell con quien había debutado el 2008 con el más que interesante film In Bruges. Aquí, lo coloca en el pellejo de Marty, un guionista que pasa por una crisis creativa y que sólo tiene el nombre de lo que será su nueva obra, "Siete Sicópatas". Alcoholizado y abrumado por la falta de ideas, pasa al mismo tiempo por serias dificultades con su novia Kaya (Abbie Cornish), mientras que su amigo Billy (Sam Rockwell) hace lo imposible por inspirarlo a desarrollar el guión, incluso aportándole información sobre un nuevo y misterioso asesino de mafiosos que se hace llamar el "Jack de Espadas". El detonante de esta historia es el "trabajo" que Billy hace para sobrevivir junto a su compinche Hans (Christopher Walken): ambos, roban perros en los parques que luego devuelven cuando sus amos ofrecen recompensas por sus mascotas "perdidas". Y es en uno de esos robos, que tienen la mala suerte de apropiarse del perro shih tzu de Charlie Costello (Woody Harrelson), un impredecible mafioso que iniciará una violenta búsqueda para recuperar a su mascota.
Estos elementos dan forma a una historia en la que se mezclan paulatinamente, la odisea de Marty y sus amigos por huir de Charlie y a la larga, devolverle el perro sin resultar muertos, y por otra, una serie de historias de sicópatas que van entrelazándose hasta enganchar con la aventura de guionista en crisis. Momentos de brillante humor negro, algunos tiroteos memorables, diálogos exquisitos y sobre todo, el excelente trío de personajes que forman Farrell, Rockwell y Walken, confluyen en esta cinta que no se queda sólo en lo superficial porque, tal como comentaba al inicio, McDonagh amasa los patrones reconocidos del cine de mafiosos y los dota de nuevas capas, sin dejar de lado algunos homenajes soterrados a grandes films y directores del género.
Si bien por ahí hay algunas escenas que se alargan más de la cuenta, lo cierto es que la película se sostiene en torno a la constante sensación de orfandad y sorpresa de Marty, el humor y descaro simpático de Billy y la elegancia y oscuro pasado de Hans, quizás, uno de los mejores personajes que le he visto a Wlaken en su filmografía.
Una película que rompe el rutinario transcurrir de las salas de cine, recomendable a ojos cerrados para aquellos fanáticos del cine negro y para todos aquellos que buscan nuevas lectura y relecturas en la pantalla, de manos de un director que con dos filmes, ha demostrado que puede con justo derecho, renovar bastante lo que acostumbramos a ver, en este caso, con un film que agrada, sorprende, deleita y que nos deja al menos, unas tres secuencias memorables.
Ficha Técnica Dirigió y escribió Martin McDonagh Produjeron Graham Broadbent, Pete Czernin y Martin McDonagh Fotografía de Ben Davis Editó Lisa Gunning Música de Carter Burwell Actuaron Colin Farrell, Sam Rockwell, Christopher Walken, Woody Harrelson, Abbie Cornish, Tom Waits, Olga Kurylenko y varios perros de raza.
Y bien, ha llegado la hora de hacer un recorrido por lo que para mí, es de lo más granado del rock progresivo mexicano, y todas sus vertientes, desde las más sanas, hasta las más bizarra. La verdad es que listado no tiene ningún orden determinado, sino que simplemente se trata de un fresco bastante pagano de mis gustos por la música más chida del país azteca, así es que disfruten de esta selección...
0.720 ALEACIÓN
Banda que sacó un solo disco (homónimo) y que después tuvo una placa póstuma. Aparecieron en plena era post-terremoto de 1985 y nos regalaron una hermoso álbum que mezcla el folk de raíces mexicanas, algo de Canterbury y sonidos españoles e italianos atravesados por delicados y magníficos toques sinfónicos. Un deleite para cualquier oído progger.
BANDA ELÁSTICA
Si existe un epítome del Rock in Opposition mexicano y latino, son estos chicos liderados por Guillermo González y Rosino Serrano nos han regalado seis placas de exquisita factura, que navegan entre lo más prolijo de Henry Cow, los desfases mentales de Frank Zappa, los brillantes arreglos en bronces de Miriodor y una paseo que va desde momentos de Univers Zero a Etron Fou Leloblan. Una banda que merece ser escuchada por todo aquel que se diga fanático del RIO y de la vanguardia más desatada.
AMBIENTE
Otra interesante y nueva propuesta mexicana proviene de esta banda post rock con harta influencia de Explosions in the Sky y Mono. Si no me creen, visiten su sitio en donde podrán escuchar su EP del 2009, simplemente titulado A.
CARLOS BELTRÁN
Un sólo disco solista sacó Beltrán, uno de los pioneros del género electrónico no sólo en México sino que también en toda Latinoamérica. Se trata de Jericó, publicado originalmente en 1987 y que se convierte, con el paso del tiempo, en una joya del progresivo de todas las épocas en este lado del mundo. Un verdadero "must have".
DECIBEL
Otro de los epítomes del RIO no sólo en México, sino que en todo este pedazo de tierra llamado Latinoamérica es esta banda liderada por el teclero Carlos Robledo. Sus inicios se remontan a mediados del los 70 y aquel legendario disco del 78, titulado magistralmente como El Poeta del Ruido es una pieza clave para comprender el curso de la música alternativa azteca. Ojo con Decibel y sus diferentes formaciones, las que han perdurado hasta los inicios de este siglo, porque grandes músicos han pasado por la banda, entre otros, Alejandro Sánchez, que más tarde formará otra de las grandes bandas de las que hablaremos en este posteo, Nazca.
Con influencias que parten de lo más granado del avant garde de los 70, pasando por la música de cámara, el ritmo endemoniado de Magma y toques del más desfachatado prog italiano, Decibel se levanta a estas alturas como uno de los hitos de la música alternativa hecha con fuego en el cuerpo.
CABEZAS DE CERA
¿Qué decir de esta banda? Mauricio Sotelo y sus muchachos han construido desde 1995 una de las más sólidas, eclécticas y singulares carreras musicales del continente. Con influencias que proceden desde el folclor mexicano, pasando por el jazz, el prog sinfónico, el avant garde y una tremenda gama de influencias, estilos y sonidos experimentales, CDC es uno de los proyectos más innovadores de las últimas dos décadas y merece, sin dudas, un espacio preferencial en el panteón de la música alternativa.
ICONOCLASTA
Uno de los sonidos progresivos más singulares, únicos y originales de México proviene de los que esta banda hizo durante sus, aproximadamente, primeros diez años de carrera, aunque sus tres primeros álbumes, Iconoclasta (83), Reminiscencias (85) y Soliloquio (87) bien pueden ser una trilogía tipo alma mater para cualquier banda que quiera enterarse de hasta dónde puede llegar el sinfonismo en el rock progresivo latinoamericano. Un regalo de los dioses mayas para los oídos de este nuevo siglo.
ÁGORA
No puedo dejar pasar en esta ocasión a la que quizás, es la mejor banda prog metal mexicana. Al menos dos de sus discos, son piezas de peso, notables en todo sentido de la palabra: Zona de Silencio (2008) y Regresa al Vértigo (2011). Claro está que en toda su discografía se puede sentir el pulso de Dream Theater, pero estos cabronazos han sabido imprimirle un sello propio a sus producciones y vaya que han logrado concentrar en sus placas un sonido sumamente poderoso, plagado de virtuosismo y con un sentido prog sumamente interesante.
ELFONIA
Más allá de la mezcla de estilos y géneros que nos ofrece esta banda en sus dos discos editados a la fecha, aquí lo que eleva el alma y hace sangrar los oídos de placer, es la voz fenomenal de Marcela Bovio, así es que limítense a escuchar, mortales.
CAST
Por lejos, mi banda mexicana de prog sinfónico favorita. Una larga y consistente discografía avala la carrera de este grupo que en más de quince discos ha sabido mezclar sonidos propios de México, una fuerte influencia del progresivo de los 70 y constantes ráfagas de neo prog, logrando así generar episodios épicos y electrizantes que conmoverán a cualquier fanáticos del progresivo más fastuoso y ambicioso.
NAZCA
A mediados de los 80, Alejandro Sánchez (ex Decibel) y Carlo Nicolau fundaron esta agrupación que sacó apenas dos discos de soberbia factura. Siempre en el ámbito del rock en oposición y del más exquisito avant garde, lleno de pasajes cargados a la música de cámara y secciones oscurísimas, Nazca se yergue como uno de los más avanzados proyectos musicales mexicanos y del continente.
FROLIC FROTH
Esta es una de mis dos bandas sicodélicas favoritas provenientes de tierra aztecas. Su disco debut Ouroboros (1996), es para mí una de las joyas musicales de los últimos veinte años. Si bien corre por sus venas un innegable sentido sicodélico, no es menos cierto que en sus rolas podemos encontrar influencias que van desde el avant garde hasta King Crimson, lo que hace de esta banda una delicia para los oídos.
CHAC MOOL
Otra de las joyas mexicanas de los 80 que tuvo un breve y exquisito regreso a comienzos de este siglo. En su formación, destacan dos grandes nombres de la música azteca como Jorge Reyes y Carlos Alvarado, en una banda que nos entrega mucha crítica social entramada en sinfónicas melodías en donde sobresale el trabajo en teclados y flauta traversa. Si bien sus placas son algo disparejas en cuanto a calidad, lo cierto es que la suma da como resultado uno de los sonidos más consistentes y propios del rock progresivo mexicano.
OXOMAXOMA
Otro de los brillantes ejemplos de lo que en México hacen los muchachines con el rock en oposición. Sólo tres discos entre 1990 y el 2002, todos ellos siempre pioneros, arriesgados y ferozmente experimentales. Para mí, aún no hay forma precisa de definir qué hacen estos cuates cuando se encierran en el estudio, pero quizás baste con decir que han jugueteado con toda la parafernalia electrónica imaginable, texturándola con sonidos extraídos de los más disímiles objetos de uso casero, obteniendo un resultado que es capaz de dejar en coma cualquier neurona...
HUMUS
Esta es mi segunda banda sicodélica mexicana de cabecera, aunque la verdad gran parte de lo que ustedes escuchen proviene del extraño cerebro del señor Jorge Beltrán. Otra vez, lo más granado de la sicodelia de los 70 se entrelaza con el prog y sonidos crimsonianos, pasando por espesas pero embriagadoras secciones instrumentales que desembocan en pasajes tan épicos como fantasmagóricos y fíjense que a pesar de las influencias, la verdad es que el sonido de Humus es el único que me atrevería a encasillas como verdadera y pura sicodelia mexicana.
CULTO SIN NOMBRE
Uno de los proyectos RIO más bizarros surgidos en tierras mayas. Músicos de bandas como Nazca y Decibel participaron de esta gloriosa ignominia musical que sacó sólo dos discos feroces e hipnotizantes. Una delicias para oídos hambrientos de nuevas sensaciones sonoras.
JOSÉ LUIS FERNÁNDEZ LEDEZMA
Otro de los más prolíficos creadores mexicanos, que desde 1996 nos ha regalado una interesantes discografía. Ex-integrante de Nirgal Vallis y actual cabeza de Saena, este teclero posee una de las mentes más dúctiles y eclécticas de Latinoamérica, paseándose con suma facilidad por varios géneros prog, pero es en sus temas y discos más sinfónicos en donde palpamos su tremendo talento. Un artista de tomo y lomo al que hay que ponerle muchísima atención.
EL PUENTE DE ALVARADO
¿Qué pasa cuando juntas integrantes de dos bandas trascendentales del rock mexicano como Chac Mool e Iconoclasta? Bueno, pues sale un discazo de aquellos en donde las tendencias del prog, el heavy, el hard rock, el jazz y el más puro folclor mexicano se unen para entregarnos una serie de rolas maravillosas, llenas de sabor, en algunos casos hasta furibundas y sobre todo, exquisitas musicalmente... Otra soberbia muestra de lo ilimitado que puede ser el rock azteca cuando juntas a varios de sus genios en una sola agrupación que es capaz de editar un disco de inmenso peso y potencia...
LOS NENA
En la página web de esta banda mexicana (o lo que queda de ella), se lee la siguiente historia acerca de su fundación primordial: "En el verano del 99, trasnochados en un bar de la ciudad de Nueva York que tiene fotos de músicos por todas las paredes, Daniel (Goldaracena) y Abel (Membrillo), fuera de sí, prometieron crear una banda nueva en el DF y brindaron por eso debajo de la foto de Tom Waits que es donde eligieron sentarse. Por otro lado aclaramos que Los Nena, tal como ese día, estamos muy por debajo de Tom Waits. Que esta coincidencia no se malinterprete".
¿Por qué tanta pleitesía para una banda que sólo sacó dos discos? Sencillamente porque los muchachos se la juegan con tino envidiable al momento de generar oscuras atmósferas en base a la improvisación característica del R.I.O., con algunos toques progresivos, la mezcla precisa con el sonido clásico del mariachi que envuelto por el capullo del rock, suena como una renovada pieza experimental.
Los Nena sacaron sólo dos discos, quizás sólo para algunos oídos más avezados, preparados a nuevas experiencias auditivas y sensoriales que los dejen con la boca abierta y el alma en un hilo. Rock, funk, noise, algunos toques de folk, ciertos atisbos de música electrónica, muchos acordes metaleros y el ineludible sonido mariachi forman parte de ambas producciones.
Sí, lo sé, se me quedaron varios fuera del listado... De hecho, hay algunos que ni siquiera tiene material en YouTube, pero trabajaré en eso y aceptaré todas sus sugerencias, pero espero que este breve repaso sirva a muchos para (re)descubrir parte importante no sólo de la música mexicana, sino que además de nuestro continente... Nos vemos, terrícolas...
El 2011, el finés Jalmari Helander se despachó un peliculón oscuramente navideño llamado en español Raras Exportaciones: Un Cuento de Navidad, una obra en donde la mitología navideña es reinventada a fuerza de suspenso, terror, buena foto y dosis de sangre. No les voy a contar la peli porque tienen que verla a como de lugar, pero sí les voy a dejar el corto del mismo director, hecho el 2003, que dio pie a esta tremenda peli. Que lo disfruten, terrícolas.
Hablar de Gordon Giltrap es hablar de uno de los más destacados y eclécticos especialistas de la guitara acústica inglés de la segunda mitad del siglo XX aunque claro, su carrera es para la mayoría desconocida, convirtiéndose en otro de esos tantos talentos ignorados que flotan entre la pasión de pocos, un par de líneas que les han dedicado en internet y escasas menciones en el ámbito de la música.
Giltrap es contemporáneo a una extraordinaria generación de músicos británicos liderada por Mike Oldfield, Bert Jansch y John Redbourn que en los 60 se convirtió en parte fundamental del movimiento folk de la isla y que en los 70 comenzó a hacer gala de su eclecticismo en una época que por lejos, fue la más fructífera y alucinante de su carrera, con algunos discos en donde su pasión por la música clásica, las melodías medievales y las influencias progresivas conformaron inspiradas placas de alto vuelo musical, todas ellas compuesta con exquisito detalle, llenas de momentos ferozmente abrasadores y poseedoras de un sello único e invaluable a estas alturas de la historia.
Y es por eso que he querido rescatar para esta sección el que para mí, es su mejor disco. Visionary es un menjunje heterodoxo, plagado de influencias y texturas en una serie de 11 temas que no superan los 4.30 minutos (12 temas en la re-edición en CD), pero que dejan de manifiesto la ductilidad de Giltrap para pasearse por diversos géneros y sacar provecho de cada uno de ellos, no sólo para regalarnos su talento en la guitarra, sino que además para generar pequeñas suites llenas de deliciosos ornamentos y sentido épico.
Visionary abre con Awakening, una pieza de factura soberbia, elevada y rimbombante, que los amantes del Oldfield de los 70 no podrán dejar de comparar con algunas de las piezas de Mike de aquella época (aunque a mí me recuerda más al extraordinario Erwin Gutawa) y en donde ya nos conmovemos con el sólido uso que Giltrap hace acá de cuerdas y vientos y que se mezcla con la "goblinesca" Robes and Crowns. En seguida, con From the Four Winds nos introducimos en el sonido más puro de la guitarra de Giltrap con una melodía en tono de madrigal que hace la pausa necesaria antes de arribar a Lucifers Cage, donde nuevamente Giltrap aborda el sonido sinfónico característico de los 70 en una pieza que mezla, en pocos minutos, varios estilos que otra vez nos rememoran algunas pizas de Oldfield, pero con el sello del mismísimo Gordon.
En Revelation, otra vez los sonidos medievales hacen su aparición para regalarnos una pieza rítmica, suave y volátil, mientras que The Price of Experience retoma la senda en la que Giltrap se atreve a ahondar en el rock progresivo, con épicas arremetidas de vientos, cuerdas y sintetizadores. The Dance of the Albion es otra exquisita muestra de la ductilidad del músico al momento de tomar una guitarra acústica y navegar por aguas en donde plasma su gusto por el barroco, para luego abrir paso a The Tyger, una breve aunque precisa pieza que juega con armonías románticas y síncopes prog antes de la aparición de la delicada y elegante The Ecchoing Green. El disco termina con otro paseo por el barroco titulado London y otra pieza volátil, casi hecha para orquesta, suavemente pomposa y clásica llamada The Night.
En la edición de CD se agregó el tema On the Wings of Hope, otra de las piezas en clave épica que Giltrap trabajó maravillosamente durante la primera mitad de los 70, magistral cierre para un disco ignorado por muchos, lleno del talento de un músico y compositor que ha navegado por los más variados estilos y que entre otros, ha colaborado con John Etheridge (Soft Machine) y el mismísimo Rick Wakeman. Un álbum y una discografía admirable y recomendable por donde se la mire, pero de todo corazón, les recomiendo tener este álbum en su panteón personal de inolvidables rarezas progresivas.
El disco 1. Awakening (2:22) 2. Robes and Crowns (1:50) 3. From the Four Winds (3:32) 4. Lucifers Cage (4:11) 5. Revelation (3:25) 6. The Price of Experience (2:26) 7. The Dance of the Albion (1:57) 8. The Tyger (1:59) 9. The Escchoing Green (1:59) 10. London (3:03) 11. The Night (3:55) Bonus Track: 12. On the Wings of Hope (3:12) Los músicos -Gordon Giltrap / guitarra -Ron Edwards / teclados -John G. Perry / bajo -Simon Phillips / batería Invitados: -Shirlie Roden / voz -Chris Mercer / saxo alto y barítono -Jeff Daly / saxo barítono -R.W. "Butch" Hudson y Henry Lowther / trompetas -Chris Pine / trombón -Tony Carr y Roger Hand / percusiones Info del disco Voiceprint LCVP114CD
En uno de aquellos cientos rotativos triples y hasta cuádruples que me tocó presenciar en el desaparecido Cine Gran Vía de Antofagasta (esos que uno terminaba muerto de hambre, con los ojos irritados y el culo acalambrado), me topé con esta pequeña obra maestra dirigida y co-escrita por el gran David Mamet. Y fíjense que la poca gente que conozco que ha visto esta cinta "menor", si se le puede llamar así, han quedado igual de encandilados que yo. Les voy a explicar por qué.
La historia es sencilla a más no poder, pero oculta ternura, emoción y humor a raudales: Gino (Don Ameche), es un zapatero ítalo-americano de rutinaria y tranquila vida. Un día cualquiera, se le acerca un capo de la mafia para pedirle pedazo de favor: que lo reemplace en un juicio por homicidio y pase un tiempo en la cárcel en su lugar. El premio, será cumplir el sueño más grande de Gino, tener un yate para recorrer el mundo. El zapatero acepta el trato y para asegurarse que no escape o se arrepienta, le destinan a un matón de poca monta llamado Jerry (Joe Mantegna) para que lo vigile durante el fin de semana previo al juicio.
Jerry es un delincuentillo con muchas aspiraciones, pero lamentablemente ni la inteligencia ni el valor lo acompañan demasiado. Es por eso que este "encargo" lo toma en un comienzo, de muy mala gana, pero a poco andar y en contraste con su personalidad, comienza a conocer a Gino, un viejo que parece no preocuparse por nada de lo que ocurre a su alrededor y cuya sabiduría popular supera cualquier paradigma científico y filosófico. Es así que, una vez encariñado con Gino, decide que en vez de estar encerrados en la zapatería oculta en pleno Nueva York, ambos pasen un fin de semana de ensueño en Las Vegas antes del día en que Gino deba ir a presentarse ante la justicia...
Lo que pasa de ahí en adelante, se los dejo a ustedes. Mantegna y Ameche forman una pareja actoral perfecta, una dupla que funciona como reloj suizo y era que no, dado que el film se sostiene sobre su interacción joven/viejo, instinto/razón, audacia/observación... Todo ello, por supuesto, aderezado por medidas dosis de inteligente humor al que Mamet nos ha acostumbrado en su filmografía e incluso, desde que se dedicaba exclusivamente al teatro. Los secundarios no se quedan atrás, y ofrecen un panorama delicioso de gringos mafiosos y por otra parte, de personajes humildes con los que uno, de una u ora forma, se encariña de inmediato.
A veces, da bastante bronca que no muchos recuerden películas como esta, sobre todo, cuando el Séptimo Arte, al menos el que adhiere al mainstream, se ha plagado de efectos especiales y humor escatológico. Es por eso que en ocasiones, se hace necesario un breve viaje en reversa para recordar films menores, pero no menos atractivos, como este, en donde personajes sencillos pero bien construidos y un guión sólido y coherente, logran dar forma a una comedia que después de verla, se te queda grabada para siempre en la retina... Personajes y guión, dos elementos tan básicos en la cinematografía , pero que tanto escasean hoy por hoy en nuestra cartelera comercial...
Things Change 1988 100 minutos Dirigió David Mamet Escribieron David Mamet y Shel Silverstein Música de Alaric Jans Fotografía de Juan Ruiz-Anchia Actuaron Joe Mantegna, Don Ameche, Robert Prosky y un reparto plagados de actores de la vieja guardia y otros que a partir de los 90, se hicieron bien famosillos.
De regalo, les dejo una secuencia de la película en donde aparece una aún joven y hasta ese momento desconocida Felicity Huffmann (Desperate Housewives)
En fin, para seguir promoviendo los buenos gustos musicales, les dejo un breve listado de cinco bandas húngaras que a lo mejor no conocían, pero que son para ponerlas en el panteón de cualquier melómano... Deléitense...