11.11.2014

Robocop (1987) vs. Robocop (2014): No sigan arruinando los clásicos del cine "B" por favor...

Es difícil hacer una buena película de acción, aunque los más puristas y fans del cine independiente no lo crean. Son pocos los clásicos que se disfrutan sin importar el paso de los años y el Robocop de Paul Verhoeven es, al menos para mí, una de esas cintas sagradas el género.

La cinta del holandés, un experto en el género, está construida sobre conceptos que parecen muy sencillos, aunque ocultan interesantes segundas lecturas, enhebrados en torno a un guión sencillo, pero claro, directo y sólido: En un distópico Detroit, el crimen es pan de cada día. Ahí llega Murphy (Peter Weller) un policía incorruptible que en una de sus primeras misiones es emboscado junto a su compañera Lewis (Nancy Allen) por la banda de narcos mercenarios liderados por Clarence Boddicker (Kurtwood Smith). Mutilado y agonizando, se convierte en el conejillo de indias perfecto para el plan de Bob Morton (José Ferrer), el ambicioso ejecutivo de la todopoderosa OCP que lo convierte en un especimen mitad hombre - mitad máquina que basándose en unas pocas directivas (un guiño a las leyes de la robótica de Asimov), sale a hacer justicia a las corruptas calles llenas de delincuentes a punta de pistola, en medio de constantes huelgas de policías y desafiando el establishment moralmente decadente de la ciudad.

Las devastadoras críticas de cultos y profanos son las que hacen del cine de Verhoeven y de esta película en particular, una pieza deliciosa y muy característica del holandés: violencia a destajo, misoginia, un desprecio absoluto por la doble moral de una sociedad consumida por el capitalismo, en donde una máquina casi carente de sentimientos es la única herramienta capaz de traer algo de justicia y equilibrio.

Y si éstas eran algunas de las características del Robocop de Verhoeven, las mismas que la convirtieron en un clásico del cine futurista, dejándonos secuencias de violenta acción inolvidables -cómo no alucinar hasta hoy con Emil (Paul McCrane) bañado en ácido caminando por la fábrica abandonada hasta su macabro atropello-, la versión dirigida por el brasileño José Padilha (2014) deja mucho que desear, en primer lugar, por la pérdida absoluta de esa atmósfera futurista decadente, ausente de toda belleza, poblada por personajes bizarros y sin ningún atisbo de moral. Da pena ver como roles como los interpretados por Gary Oldman y Michael Keaton se pierden en una maraña de baratas observaciones sobre lo ético o no que fue mantener vivo a un Murphy (Joel Kinnaman) desabrido que luce quizás mucho más genial en cuanto a su armadura que el original, pero que entre tanta fritanga que le hacen el cerebro no parece tener muy claro para dónde va, en una de las más claras intenciones del guionista Joshua Zetumer de profundizar, sin ningún éxito, en las motivaciones más profundas de Murphy...

No era necesario. Una película de acción redonda como el Robocop de Verhoeven no debiera ser tocada. No es que sea una obra maestra del Séptimo Arte ni mucho menos, pero es un film digno, retorcido, deliciosamente imperfecto, abierta y hasta sarcásticamente violento, con un presupuesto risible a estas alturas de la vida, características que la remozada versión de Padilha perdió en algún momento, entre una danza de millones de dólares mal invertidos, quizás con la intención de abarcar a un público que el Robocop de Verhoeven no pudo tocar en su momento, quizás con la intención de profundizar en una historia bien hecha para el género tratando de convertirla en algo superior y claro, si de cine de acción se trata, no es muy conveniente darle esos toques de inteligencia e intelectualidad ya que el hijo bastardo suele nacer medio tonto, a medio camino entre una correcta cinta de pura acción y una intentona de drama que, a este género, no le hace nada de bien...

Al menos yo echo de menos el tipo de cintas paridas por la dura mano de Paul Verhoeven. Sé que no son de gusto de todos/as, pero al menos se aprecia una sinceridad casi infantil de retratar un mundo vacuo y violento tal como podría ser si seguimos cuesta abajo en la rodada, el tipo de películas hasta sin sentido como Hobo with a Shotgun (2011, Jason Eisener) o hasta la negrísima Sin City (2005, Rodríguez/Miller) en vez de cintas que caen en una vergonzosa pretensión como este Robocop de Padilha que hace desesperadamente a un fan del cine de acción como este viejo perro que les escribe, ver la a estas alturas jubilada versión de un verdadero clásico ochentero de acción y hasta una de esas apologías a la violencia que tanto molestan a ciertos sectores de nuestra sociedad...

Robocop (1987)
Dirigió Paul Verhoeven
Produjo Arne Schmidt
Escribieron Edward Neumeier y Michael Miner
Editó Frank J. Urioste
Fotografía de Sol Negrin y Jost Vacano
Música de Basil Poledouris
Actuaron Peter Weller, Nancy Allen, Ronny Cox, Kurtwood Smith, José Ferrer, Ray Wise, Paul McCrane y un montón de cabros y cabras más malos que el natre...

Robocop (2014)
Dirigió José Padilha
Produjeron Marc Abraham y David Newman
Escribió Joshua Zetumer
Editaron Daniel Rezende y Peter McNulty
Fotografía de Lula Carvalho
Música de Pedro Bronfman
Actuaron Joel Kinnaman, Gary Oldman, Michael Keaton, Abbie Cornish, Jackie Earle Haley, Michael Kenneth Willimas, entre otros, además de otras de las olvidablea apariciones de Samuel L. Jackson.